Corea del Norte lanzó un cohete con el que puso en órbita su primer satélite, en un acontecimiento festejado en el país pero condenado por las Naciones Unidas, que consideró el hecho una prueba encubierta de un misil de largo alcance con capacidad de portar una cabeza nuclear. El sorpresivo y exitoso lanzamiento del cohete, cuyo diseño es muy similar al de un misil capaz de llevar una cabeza atómica hasta la costa oeste de Estados Unidos, dio otra vuelta de tuerca al diferendo entre la comunidad internacional y Corea del Norte por el creciente arsenal atómico del país comunista. El Consejo de Seguridad de la ONU, que ya sancionó varias veces a Corea del Norte por desarrollar su programa nuclear, condenó el lanzamiento luego de una reunión a puertas cerradas y dijo que considerará una respuesta apropiada de manera urgente. La Casa Blanca calificó el hecho de acto altamente provocador que amenaza la seguridad regional, e incluso China, el principal aliado y benefactor de Pyongyang, expresó su preocupación.

El proyectil, lanzado cerca de la medianoche del martes (hora argentina), desde la base norteña de Dongchang-ri, pasó sobre las islas de Okinawa, sudoeste de Japón, y luego cayó en el Pacífico, de acuerdo con la agencia surcoreana de noticias Yonhap y la televisión pública japonesa NHK. El gobierno norcoreano mantuvo en secreto los planes de disparar el cohete hasta que el lanzamiento y su éxito fueron revelados al mediodía por una emisión especial de la TV estatal.

Cientos de personas salieron a las calles de Pyongyang a celebrar la noticia, que también fue anunciada por camionetas con altoparlantes montados que recorrieron la capital, informó la agencia Yonhap. Aunque Pyongyang, que ya hizo dos ensayos atómicos, en 2006 y 2009, afirma que el objetivo es científico, el plan del lanzamiento norcoreano fue criticado por vecinos como Corea del Sur y Japón. El gobierno consideró un éxito la operación, aseguró que el satélite meteorológico y de observación Kwangmyonsong-3 (Estrella brillante-3) está en órbita y dijo que seguirá poniendo satélites en órbita cada vez que convenga a sus intereses.