Jueves, 13 de diciembre de 2012 | Hoy
La Presidenta destacó la necesidad de “democratizar el Poder Judicial”. Relató que al enterarse del fallo que absolvió a todos los acusados “no lo podía creer” y se refirió a su diálogo con Susana Trimarco, quien dijo que CFK la recibirá el próximo lunes.
Por Nicolás Lantos
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner expresó ayer su disgusto con el fallo que absolvió a los 13 sospechosos de haber secuestrado y sometido a la prostitución a Marita Verón. “No lo podía creer”, reiteró a propósito del veredicto y contó de su contacto con Susana Trimarco. El desenlace del caso dio más fuerza a la idea de avanzar en una modificación profunda del Poder Judicial, algo a lo que en el marco de la puja por la implementación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual la Presidenta aludió también el último domingo en Plaza de Mayo.
“Vamos a tener que poner en marcha, creo que la sociedad lo reclama y creo que todos deberán entenderlo, una democratización del Poder Judicial, porque es en definitiva el poder que decide sobre cosas, es el último eslabón en la decisión”, anunció la mandataria. Aunque todavía no hay ningún indicio de qué puntos tocará la reforma, cerca de CFK aseguran, ante la consulta de Página/12: “Cuando Cristina se mete con algo, no se mete a medias. Esto va a hacer ruido: estamos decididos a avanzar sobre los privilegios de los jueces con tal de lograr un sistema de justicia más democrático”.
El anuncio presidencial fue en un discurso que dio durante la inauguración de un laboratorio médico en el partido bonaerense de Pilar, donde además de destacar “el divorcio cada vez más evidente” entre los jueces y los ciudadanos de a pie también habló de la importancia de un trabajo conjunto entre el Estado y los capitales nacionales para conseguir la soberanía: “Cuanto mayor nivel de autonomía, estaremos alcanzando el modelo de país que todos queremos”, indicó.
“Yo no lo podía creer”, relató CFK el momento en que se enteró del fallo del tribunal integrado por los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Eduardo Romero Lascano, y que le despertó “algunas consideraciones y reflexiones sobre la Justicia, sobre el funcionamiento de la Justicia y sobre lo que la sociedad espera de la Justicia y sobre ese divorcio cada vez más evidente entre sociedad y Justicia”. La mandataria contó cómo pudo hablar con Susana Trimarco, madre de Marita Verón, a través del secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, que la acompañó en esta instancia del juicio, para “consolarla”. Más tarde la misma Trimarco confirmó que el lunes próximo viajará a Buenos Aires para entrevistarse personalmente con la Presidenta.
En ese contexto, destacó (como había hecho el domingo pasado con las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo) su decisión de “seguir luchando no solamente por su hija”, porque “esto es lo que enaltece la lucha de muchas madres cuando les pasa algo a sus hijos, que abandonan el reclamo individual para transformarlo en colectivo y defender, buscar y salvar no solamente a su hija, sino buscar y salvar a todas las hijas de todas las madres que puedan haber sido capturadas por las tratas”.
La jefa de Estado tomó el caso Verón para volver a insistir en la necesidad de aumentar los controles sobre el Poder Judicial, idea que había mencionado en su discurso del domingo: “Creo que hay una gran demanda de democratización en la sociedad, como dije el otro día. Cuando yo afirmé que los jueces dejan entrar y salir a narcotraficantes, a gente que viola o mata, no le gustó a algunas organizaciones y me lo reprocharon, pero nunca pensé que eso podría pasar en este juicio con tal nivel de conocimiento público. No tengo pruebas, pero no tengo dudas de que cuando hay dinero de por medio puede estar el mundo tocando trompetas que no les importa nada. Porque claro, ¿qué otro poder del Estado, díganme qué otro poder del Estado o inclusive desde el mundo privado, qué poder dentro de la sociedad tiene un cargo asegurado para toda la vida y si hay que juzgarlo lo juzgan únicamente los pares y los abogados que son los que dependen de él?”, cargó Fernández de Kirchner, quien llamó a “trabajar junto al Parlamento en un proceso de democratización” de los Tribunales.
Para completar el proceso, aseguró, es necesario “que cada provincia lo inicie en sí, porque la condena del día de ayer es de tribunales de la provincia, que tendrá su Consejo de la Magistratura, su Tribunal Superior, no responde a la órbita federal”. Según la mandataria, “cuando se habla de la seguridad” también se discute el funcionamiento de los tribunales porque “eso no es un problema de leyes, los que crean que esto es una cuestión de leyes de mano dura se equivocan”. Por caso, recordó que Tucumán “tuvo ministros de mano dura, tuvo gobernadores de mano dura y tampoco solucionó los problemas de seguridad”.
Se trata, reconocen en la Casa Rosada, de “redoblar la apuesta contra las corporaciones” y CFK parece estar decidida a hacerlo. “Así como el caso Carrasco sirvió para que reviéramos una forma de organización en materia de servicio militar, que este caso también nos sirva para repensar una democratización y un control republicano de uno de los tres poderes del Estado –culminó la Presidenta–. Porque son del Estado, no hay que olvidarse nunca eso, independientes pero parte del Estado y los tres poderes, Ejecutivo, Legislativo y Judicial, debemos siempre preservar el bien común y la integralidad del Estado por encima de lo individual, porque representamos precisamente el interés colectivo.”
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