Martes, 8 de enero de 2013 | Hoy
EL MUNDO › POR LOS DISTURBIOS CALLEJEROS EN BELFAST HUBO CIEN ARRESTOS
La policía de Irlanda del Norte acusó al grupo paramilitar protestante Fuerzas Voluntarias del Ulster de orquestar ataques contra las fuerzas de seguridad. De fondo, la retirada de la bandera británica del municipio de la capital.
Con cinco noches consecutivas de disturbios callejeros sobre las espaldas, la policía de Irlanda del Norte acusó al grupo paramilitar protestante Fuerzas Voluntarias del Ulster (UVF según las siglas en inglés) de orquestar ataques contra las fuerzas de seguridad. La presunta participación del UVF y la utilización de armas de fuego este fin de semana marcan un salto en las protestas, que comenzaron el 3 de diciembre, cuando el municipio de la capital, Belfast, votó a favor de limitar a fechas especiales el número de días en que la Union Jack –bandera del Reino Unido– flamea en el edificio municipal.
El jefe de las fuerzas policiales, Matt Bagott, instó a poner fin a la violencia, que ha dejado un saldo de unos cien arrestos y más de sesenta policías heridos en batallas campales con ladrillos, piedras, botellas, pelotas de golf y coches incendiados. Según Bagott, no se trata de una acción colectiva del UVF, uno de los grupos paramilitares que depuso las armas en los ’90 como parte del proceso de paz. “Detrás de la violencia ha habido importantes miembros del UVF en Belfast Este, que actuaron de manera individual, para sacar provecho político de la situación”, indicó Bagott.
El domingo la provincia estaba conmocionada por la información preliminar de la policía, que hablaba del uso de armas de fuego contra oficiales durante las protestas. Por el momento se confirmó ayer que un hombre de 38 años fue acusado de posesión de armas de fuego con el objeto de intimidar, de desmanes y desobediencia de las órdenes policiales. Las amenazas de muerte se han vuelto moneda corriente. Ayer también se reveló que la Oficina de Correos había interceptado un paquete dirigido al socialdemócrata Patsy McGlone. Adentro había una bala y una tarjeta con el nombre del concejal. Similares amenazas recibieron miembros del Partido de la Alianza, formado por católicos y protestantes, clave en el equilibrio de poder del municipio de Belfast, y del nacionalista Sinn Fein.
El jefe de policía admitió que por el momento no hay muchas posibilidades de que se ponga fin a las protestas. “El tema es que no parece haber nadie a cargo. Hay un gran descontrol y eso es muy preocupante”, señaló Bagott. El líder histórico del Partido Progresista Unionista, ala política del UVF, Billy Hutchinson, se hizo eco del pedido policial con una declaración que tenía algo de “apriete” interno. “Si ésta es la evaluación que hace la policía, exhorto a los miembros del UVF en Belfast Este a que dejen la violencia. He hablado con el liderazgo del UVF y ellos me han dicho que no hay divisiones internas. Vamos a hablar con el UVF de Belfast Este”, dijo Hutchinson.
Desde los acuerdos de paz de 1998, la violencia se ha limitado a la temporada de los desfiles veraniegos protestantes y a hechos esporádicos. Pero los símbolos conservan un potencial explosivo en la provincia. La bandera representa para muchos la pertenencia al Reino Unido: su ausencia recuerda la posibilidad de una unificación con la República de Irlanda. Este miércoles puede suministrar una tregua. Es el primer día en que flameará en el municipio de Belfast, celebrando el cumpleaños de la esposa del príncipe Guillermo, Kate Middleton.
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