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Los ataques contra soldados estadounidenses en Irak son cada vez más audaces y ayer se sumaron el anuncio de un efectivo que recibió un disparo en pleno rostro, en Bagdad, y la muerte de otro militar cerca de Najaf, mientras el jefe de la principal facción chiíta afirmó su oposición a iniciar la resistencia a la ocupación con acciones violentas y su preferencia por la lucha pacífica. También ayer, el Pentágono anunció la devolución a Siria de cinco de sus guardias fronterizos, que habían sido detenidos en una operación militar estadounidense de captura de ex funcionarios iraquíes cerca de la frontera.
Según un responsable del Pentágono en Washington, un militar norteamericano recibió ayer un disparo en pleno rostro en Bagdad, sin poder precisar si el soldado murió o sólo resultó herido. El ataque se produjo cuando el soldado compraba un DVD en un negocio de Bagdad, informaron el dueño del local y testigos. “Sacó dólares de su bolsillo y mientras yo miraba la plata escuché un estallido. El quedó como helado y cayó hacia atrás. Otros dos soldados llegaron al poco tiempo y se lo llevaron”, dijo el dueño del local, que se negó a identificarse. Otros testigos corroboraron esta versión, y uno de ellos dijo haber visto a un joven dispararle un tiro en la nuca al soldado desde corta distancia. El incidente se suma a una ola de ataques contra las fuerzas británicas y estadounidenses, lo que genera preocupación acerca de una creciente resistencia a la ocupación de Irak.
Un total de 57 militares norteamericanos murieron desde el 1º de mayo, fecha en la que el presidente George W. Bush anunció el final de las principales operaciones militares en Irak. Veinte soldados murieron en ataques armados, y el resto en “accidentes”, según el Pentágono. Por ese motivo, el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, insistió ayer en que no había una “guerra de guerrillas” en regla, y que lo que se estaba viendo en Irak actualmente son focos de resistencia aislada que no responden a ningún comando central.