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Cuatro personas murieron y 15 resultaron heridas en tres explosiones que ocurrieron anoche en Faluja, a 50 kilómetros de Bagdad. Es el quinto día consecutivo que hay explosiones en esa ciudad, donde los soldados estadounidenses fueron blanco de ataques en las últimas semanas. Mientras, el secretario de Defensa estadounidense Donald Rumsfeld anunció que los cinco guardias de frontera sirios heridos durante un ataque estadounidense la semana pasada fueron entregados a Siria. Y desmintió que las tropas estadounidenses en Irak estén “empantanadas o enfrentadas a una guerrilla”. El ministro de Relaciones Exteriores sirio Faruk Al Shara acusó a Estados Unidos de lanzar una campaña contra Siria para vengarse de sus fracasos en Irak.
Una de las explosiones de anoche se produjo en una mezquita del barrio de Al Askari. Las cuatro víctimas eran estudiantes de teología y entre los heridos está el imán de la mezquita, al que le tuvieron que amputar la pierna. El sábado hubo otra explosión en un depósito en desuso que pertenecía a una fábrica militar de Haditha, al norte de Irak. “Es imposible dar una cifra exacta de los muertos porque los cuerpos están carbonizados y el techo del depósito se desplomó sobre ellos. Pero son decenas”, dijo el médico Najnedimán Al Ami, del hospital de esa ciudad. En el momento de la explosión, docenas de iraquíes estaban en el depósito para desmontar las ojivas, retirar la pólvora y cargar los obuses en camiones para vender el cobre. “No tenemos nada para comer y podemos vender una tonelada de cobre por 420 dólares”, explicó un joven iraquí que recibió quemaduras en todo el cuerpo.
Mientras, el ejército estadounidense arrestó ayer al gobernador de la ciudad chiíta de Najaf dos meses después de haberlo designado. Según las autoridades norteamericanas, Abu Haidar Abdel Moneim está acusado de “secuestro, hostigamiento y robo”. El administrador norteamericano en ese país, Paul Bremer, dijo que “cometimos un error nombrando a ese individuo”. También anunció que 62 personas vinculadas a Moneim fueron arrestadas y que el vicegobernador va a ocupar su cargo. En una conferencia de prensa en el Pentágono, Rumsfeld anunció que los cinco guardias de frontera sirios heridos durante un enfrentamiento la semana pasada fueron devueltos a Siria. “Teníamos información sobre blancos importantes, pero no sabíamos quiénes estaban en el convoy”, declaró Rumsfeld refiriéndose al ataque estadounidense contra supuestos miembros del ex régimen iraquí que viajaban en auto cerca de la frontera siria. Hubo versiones de que en el ataque podría haber muerto Saddam Hussein, pero el Pentágono las desmintió. En la misma conferencia, Rumsfeld también negó que las tropas norteamericanas en Irak estén estancadas. “Si quieren llamarlo un estancamiento, adelante. Pero esa palabra no va”, dijo. “Estamos en guerra contra el terrorismo y los que no estén de acuerdo con esto son terroristas”, declaró.
Por otro lado, el ministro sirio Faruk Al Shara dijo ayer que Estados Unidos lanzó una campaña contra Siria para vengarse de los fracasos en Irak. “Esta campaña está relacionada con la situación en Irak y Palestina”, declaró Al Shara refiriéndose a las presiones de Washington sobre Siria desde que terminó la guerra. “Cuando sube la presión sobre las fuerzas estadounidenses, aumentan las provocaciones contra Siria. Creen que nuestro país es la causa de lo que soportan en Irak”, agregó. “Y nos responsabilizarán cuando aumente la presión sobre el gobierno israelí.” Después de la guerra, Washington exigió a Damasco que controlara a las facciones palestinas que operan en Siria, que no asilara a ex dirigentes iraquíes ni obstaculizara el proceso de paz entre israelíes y palestinos. Pero Al Shara dijo que no habrá paz hasta que no se resuelva el conflicto entre Siria e Israel por la meseta del Golán, ocupada por los israelíes desde 1967.