EL MUNDO › AL MENOS 42 MUERTOS Y 500 HERIDOS EN DOS EXPLOSIONES EN LA CIUDAD DE TRíPOLI

Brutal ataque a mezquitas libanesas

El doble ataque con coches bomba cargados con al menos cien kilogramos de explosivos cada uno coincidió con el horario del rezo musulmán de los viernes, por lo que las mezquitas y sus alrededores estaban muy concurridos.

Al menos 42 personas murieron ayer y 500 resultaron heridas en dos explosiones frente a mezquitas sunnitas en la ciudad libanesa de Trípoli. Las explosiones fueron coordinadas y producidas con coches bomba cargados con al menos cien kilogramos de explosivos cada uno según el Ministerio del Interior. El doble ataque coincidió con el horario del rezo musulmán de los viernes, por lo que las mezquitas y sus alrededores estaban muy concurridos. Se trata de uno de los peores atentados registrados en esta ciudad tras el fin de la guerra civil libanesa en 1990. Los heridos fueron trasladados a distintos hospitales de Trípoli, la ciudad más importante del norte libanés y de mayoría sunnita.

La primera explosión ocurrió en la céntrica mezquita de Al Taqwa, donde generalmente encabeza las oraciones el jeque Salem Rafei, quien días atrás llamó a sus seguidores a sumarse a la lucha armada que desde hace más de dos años enfrenta al gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, con las milicias rebeldes. No está claro si al momento de la explosión Rafei estaba dentro del templo, pero la agencia nacional de noticia de Líbano (ANN) informó que no fue herido.

La segunda explosión se produjo minutos después frente a la mezquita As Salam, ubicada en las inmediaciones del puerto de la ciudad. Imágenes transmitidas por la BBC mostraron gente corriendo y acarreando personas ensangrentadas, cuerpos que yacían en la calle, autos incendiados y destrozos en los edificios linderos.

Las dos explosiones, que ocurrieron una semana después de que un atentado con coche bomba matara a 27 personas en Rueis, en las afueras de Beirut, bastión del poderoso movimiento chiíta libanés Hezbolá, se produjeron con algunos minutos de intervalo frente a dos mezquitas sunnitas de la ciudad, distantes aproximadamente dos kilómetros.

El presidente Michel Suleiman dijo que los ataques sólo sirven a quienes quieren azuzar las tensiones y llamó a los libaneses a permanecer juntos contra conspiraciones de los enemigos de la paz y la estabilidad. El primer ministro sunnita de transición, Nagib Mikati, cuya casa está situada cerca del lugar de una de las explosiones, condenó también los ataques. “Se trata de otra prueba de que la situación en el Líbano ha alcanzado un nivel peligroso”, se lamentó.

Hezbolá emitió un comunicado condenando las explosiones y expresó su solidaridad con las víctimas, además de calificar el hecho como la culminación de un esfuerzo para hundir al Líbano en el caos y la destrucción. Los opositores políticos de Hezbolá, en tanto, pidieron a la milicia chiíta que retire a los combatientes que tiene desplegados en Siria. Líbano se encuentra sin gobierno constituido desde hace cinco meses a causa de las divisiones causadas por la guerra civil en el país vecino.

Estados Unidos condenó lo ocurrido y expresó nuevamente su temor de que el conflicto en Siria ponga fin a la frágil paz en el vecino Líbano. La asesora de Seguridad nacional estadounidense Susan Rice escribió en su cuenta de Twitter que Washington condena firmemente los ataques. Por su parte, Siria repudió los atentados y exhortó al inicio inmediato de una investigación para hallar a los culpables. El breve comunicado del Ministerio de Información sirio calificó de cobardes las explosiones registradas frente a las mezquitas, durante la tradicional jornada de oración y rezo de los musulmanes.

Paralelamente, Ban Ki-moon condenó los atentados y pidió contención a todas las partes de un país que reclamaba concordia desde todos sus ángulos. El secretario general de la ONU transmitió asimismo sus condolencias a los familiares de las víctimas y al gobierno libanés, e hizo un llamado a todas las partes para que se mantengan unidos y apoyen a las fuerzas de seguridad a mantener la calma, a través de un comunicado leído por el portavoz del organismo internacional.

El ataque de ayer es el más sangriento ocurrido en Trípoli desde que finalizó la guerra civil que tuvo lugar en Líbano entre los años 1975 y 1990, y se produce en medio de una ola de violencia que comenzó en junio pasado. La guerra civil en Siria agravó las tensiones entre sunnitas y chiítas en el Líbano, y Trípoli en particular fue escenario de mortales enfrentamientos vinculados al conflicto sirio. Los chiítas libaneses apoyan a Assad, los sunnitas, a la revuelta.

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Una columna de humo se alza sobre una de las mezquitas sunnitas bombardeadas en la ciudad libanesa de Trípoli.
Imagen: Télam
 
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