EL MUNDO
Jugando al poker sobre un nuevo arsenal nuclear
China y la Agencia Internacional de Energía Atómica se sumaron a las advertencias de que Corea del Norte ya tiene los materiales para construir varias bombas nucleares.
El régimen neoestalinista de Corea del Norte se ha puesto de vuelta en el centro de la atención internacional. Después de que Pyongyang asegurara esta semana que tiene suficiente material radiactivo para fabricar seis bombas nucleares, Mohamed El Baradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, afirmó ayer que Corea del Norte representa “la amenaza más inmediata y seria” para los esfuerzos de no proliferación nuclear, en un comunicado de la entidad difundido en Viena. Y el diario Asia-Wall Street Journal publicó ayer que servicios de inteligencia chinos han constatado que Corea del Norte tiene suficiente plutonio para fabricar armas nucleares, lo que ha llevado a Pekín a ocupar el papel de “mediador” en la actual crisis.
Corea del Norte mantiene desde hace años una pulseada extorsiva con la comunidad internacional, por la que suspende o activa sus programas nucleares de modo de conseguir mayor financiación para su paupérrima economía. Pyongyang, que reconoció recientemente que quería dotarse del arma nuclear, expulsó en diciembre a los inspectores de la AIEA y luego anunció que se retiraba del Tratado de No Proliferación Nuclear. “En mi opinión, la situación en Corea del Norte es actualmente la amenaza más inmediata y seria para el régimen de no proliferación nuclear”, declaró El Baradei durante una reunión del Consejo de Gobernadores de la AIEA ayer en Viena. “Me parece lamentable que se hicieran pocos progresos en este expediente desde diciembre, cuando se suspendió el trabajo de verificación de la Agencia. Espero vehementemente que la comunidad internacional concentre sus esfuerzos para que Corea del Norte vuelva al régimen de no proliferación”, dijo. Sin embargo, El Baradei agregó que estaba “animado por los recientes esfuerzos de China para reanudar el diálogo”.
Aquí Pekín entra en escena. “El gobierno chino ha llegado al convencimiento de que Corea del Norte dispone de la capacidad suficiente para desarrollar varias bombas nucleares”, señala la edición asiática del WSJ. Según el diario, que citó a fuentes diplomáticas, las sospechas del espionaje chino fueron contrastadas por el vicecanciller Dai Bingquo durante una visita del fin de semana pasado a Corea del Norte. El emisario entregó al líder norcoreano Kim Jong-il un mensaje en que el presidente chino Hu Jintao lo conminaba a congelar su programa de armas nucleares y a acceder a conversaciones multilaterales, como pide Washington. Los servicios de información surcoreanos también informaron la semana pasada que Corea del Norte había comenzado a procesar grandes cantidades de uranio en la central nuclear de Yongbyon. Washington, por su parte, ha dicho que considera a Corea del Norte un peligro mayor al de Irak antes de la guerra, puesto que el régimen comunista podría disponer no sólo de dos bombas atómicas sino que almacena entre 2500 y 5000 toneladas de armas químicas y cuenta con unas 20 instalaciones nucleares.
La confirmación de la capacidad nuclear norcoreana ha sido el detonante de la ofensiva diplomática lanzada por el gobierno chino en los últimos días para reavivar las estancadas negociaciones entre Washington y Pyongyang. Tras el estrepitoso fracaso de la reunión tripartita de abril pasado en Pekín, Estados Unidos es partidario de una negociación a cinco bandas, que incluyan a Corea del Sur y a Japón. Según fuentes chinas, Corea del Norte está dispuesta a regresar a la mesa de negociaciones en agosto próximo, pero continúa exigiendo la firma de un pacto de no agresión, que garantice además la permanencia en el poder de Kim Jong-il. A la escalada de tensión contribuyó también el intercambio de disparos entre militares de ambas Corea ocurrido anteayer en la zona fronteriza, el primer incidente de esta clase en los últimos dos años.
Pero la actitud de China en este juego es profundamente ambivalente. Pekín suscribió en 1961 un tratado de amistad por el que se comprometió a ayudar política y económicamente a su vecino del norte. En la actualidad, China se ha convertido en la última tabla de salvación para la economía norcoreana, al aportar más del 70 por ciento de sus importaciones de energía y la tercera parte de sus cargamentos de cereal y ayudahumanitaria. Pero la verdadera motivación de China es estratégica, ya que Corea del Norte presenta un claro desafío a Japón, rival tradicional chino en el Pacífico Norte, y a EE.UU., que favorece cada vez más a la “isla rebelde” de Taiwan.