EL MUNDO › LA MUERTE DE LOS HIJOS DE HUSSEIN DISPARO LA SUBA DEL NASDAQ
Dos palos y subió la Bolsa
El mando norteamericano en Irak dijo que los dos hijos de Saddam Hussein murieron en un enfrentamiento, denunciados por un informante. Los inversores ganaron 24,61 puntos en el índice que mide las acciones de las empresas de nuevas tecnologías. Los cuerpos de Qusay y Uday estaban calcinados. La prueba definitiva será el ADN.
Los dos hijos de Saddam Hussein habrían muerto ayer en una redada de las tropas norteamericanas en Mosul, en el norte iraquí. “Estamos seguros de que Uday Qusay Hussein murieron”, dijo el teniente general Ricardo Sánchez, el militar estadounidense de más alto rango en Irak. Una fuerza creada para cazar a Saddam y a sus aliados más cercanos abatió a los hermanos en una vivienda en Mosul. Aparentemente, la inteligencia norteamericana sabía que los hermanos estaban en Mosul gracias a un informante, que ahora debe estar soñando con los 15 millones de dólares que el gobierno de Bush prometió para el que brindara información sobre cada uno de los hermanos.
Pero aunque el Comando Central estadounidense asegura que los cuerpos encontrados –totalmente calcinados– pertenecen a Uday y Qusay, el misterio recién se revelará cuando sean enviados a Washington para hacerles una prueba de ADN. La Casa Blanca se congratuló de la noticia y la Bolsa neoyorquina cerró con alzas en sus principales indicadores. El Nasdaq, el más representativo de la tendencia del mercado subió un 1,46 por ciento, 24,61 puntos de ganancia.
Según el teniente general Sánchez, un informante iraquí alertó a los estadounidenses de que en la casa del jeque Mohamed Al Zaidane, jefe de la tribu Bu Issa y supuesto primo de Saddam, estaban siete jerarcas del ex régimen iraquí, entre ellos Uday y Qusay, de 37 y 39 años respectivamente. Sánchez declaró que cuando las fuerzas norteamericanas se acercaron, las personas que estaban en la casa levantaron barricadas y abrieron fuego. A continuación hubo un intenso tiroteo que se prolongó durante cuatro horas hasta que la casa quedó reducida a escombros. En el operativo intervinieron 200 miembros de la 101ª División Aerotransportada, que rodearon la casa con helicópteros. Cuando terminó el fuego, los norteamericanos sacaron cuatro cuerpos completamente carbonizados de entre los escombros. “Los cadáveres de Uday y Qusay fueron identificados con diferentes métodos”, dijo Sánchez sin dar mayores explicaciones. Otra fuente militar dijo que dos de los cadáveres tienen “un fuerte parecido” con los hijos de Saddam. El tercer cadáver pertenecería al de uno de sus guardaespaldas, Abdel Samad, y el cuarto al de un adolescente, por lo que los norteamericanos piensan que se trataría del hijo de Qusay. Pero la identidad de los cuerpos no está totalmente confirmada. Los cadáveres serán enviados al Instituto de Patología de las Fuerzas Armadas norteamericanas en Washington para hacerles un examen de ADN.
La aparente muerte de los hijos de Saddam alegró a las fuerzas de ocupación en Irak, que desde hace varias semanas son el blanco de las guerrillas iraquíes. Ayer murió otro soldado, con lo que ya son 39 las víctimas norteamericanas en Irak desde que terminó la guerra el 1º de mayo.
Para el Pentágono, la muerte de Qusay y Uday será un golpe psicológico para las fuerzas leales a Saddam que siguen atacando a las tropas angloestadounidenses. Pero el tiro de gracia para la resistencia iraquí vendría con la captura de Saddam, que según afirmó ayer la inteligencia alemana, sigue vivo en Irak. El “equipo 20” es una fuerza especial que desde que terminó la guerra busca al ex mandatario iraquí con apoyo de la CIA.
Paul Bremer, el administrador norteamericano de Irak, también se alegró con la muerte de Qusay y Uday. “Son buenas noticias para el pueblo iraquí y para nuestras fuerzas”, declaró desde Washington, donde estuvo en una audiencia del Senado norteamericano para rendir cuentas sobre la ocupación y reconstrucción de Irak. En Londres, el ministro británico de Relaciones Exteriores, Jack Straw, dijo que Uday y Qusay compartían con su padre “la responsabilidad por los muchos años de sufrimiento de los iraquíes”. En un comunicado, Straw indicó que los hermanos tuvieron la oportunidad de entregarse a la justicia para responder por sus crímenes pero se negaron a hacerlo. “Obviamente eso es lo que nosotros hubiésemos preferido, pero la noticia de que los hijos de Saddam ya no son una amenaza para Irak darátranquilidad a su pueblo”, añadió. Mientras, en Bagdad, decenas de iraquíes salieron a las calles para celebrar la supuesta muerte de los hijos de Saddam. Los festejos fueron particularmente alegres en Karade, un barrio chiíta del centro de la ciudad, donde hubo disparos al aire con fusiles Kalashnikov.