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Hasta ahora, Fernando Geronés había conseguido sortear con buena suerte los escándalos. Es uno de los intendentes del Conurbano procesado por una estafa millonaria a la Municipalidad de Quilmes, la misma que controla desde hace casi cuatro años. Está en libertad porque pagó una fianza de 20 mil pesos, pero el juicio no está cerrado y en este momento se encamina hacia la instancia oral. Ayer, Geronés protagonizó otro escándalo: esta vez en Bariloche, durante las vacaciones de familia y subido a una lujosa combi, una Ford Transit modelo ‘97, y robada. De acuerdo con los datos recogidos por Página/12, la Ford habría estado la semana pasada “acondicionándose para las vacaciones” en un local de autopartes inspeccionado y clausurado por la comisaría segunda de Quilmes, una de las dependencias gobernadas por el ahora desplazado comisario Aníbal Degastaldi. En diálogo con este diario, Geronés explicó que no tiene nada que ver con la combi en cuestión: no es suya, sino de uno de sus gentiles amigos.
Los amigos de Geronés, como los buenos amigos, suelen estar en el momento justo a la hora precisa. Ayer, ese misterioso amigo fue invocado una y otra vez por el jefe comunal de Quilmes cuando se encontraba en aprietos. Ese amigo sería ahora el titular y responsable del escándalo que se generó el lunes a última hora en San Carlos de Bariloche, cuando la policía caminera secuestró la combi en la que viajaba con su mujer, sus cinco hijos y las novias de dos de ellos, y determinó que tenía pedido de secuestro.
Geronés llevaba ya un par de días de vacaciones y había cruzado varias veces el puesto de control de la ruta 237, donde decidieron pararlo. “Ya habíamos pasado varias veces por ahí con mi familia antes de que me detengan”, le dijo el intendente a Página/12. Su auto no había pasado inadvertido. Los hombres del puesto de control venían observándolo. El comisario Daniel Navarrete ordenó las inspecciones porque uno de sus agentes, con olfato en cuestiones de autos robados, observó la camioneta y decidió ponerla en la mira.
Durante la inspección que comenzó ayer a las cinco de la tarde, los hombres de Navarrete le pidieron a Geronés la cédula verde y chequearon la numeración con el Registro Nacional de Propiedad del Automotor, un testeo que determinó que el vehículo había sido robado el año pasado. Una inspección posterior confirmó, además, que la Transit tenía el número de motor y de chasis adulterados, un procedimiento típico en aquellos autos robados de procedencia ilegal que intentan ingresar al mercado como mellizos. La policía intentó conocer los detalles de la historia del vehículo, pero el intendente les respondió con una coartada: la combi –explicó– no era suya sino de un amigo.
Aquí, Página/12 presenta la historia de la combi, según Geronés. En diálogo con este diario, el intendente lo explicó de este modo:
- “El propietario de la camioneta es un amigo, que está viajando ahora con toda la documentación.”
- Sobre la identidad de ese amigo, dijo: “Me aconsejaron no dar el nombre para no despertar sospechas en la persona que se la vendió”.
- Sobre el origen y el vendedor, dijo: “La compró hace un mes o un mes y medio, a una persona de Lomas de Zamora, un domicilio particular”.
El mundo de los desarmaderos y el negocio de la compra y venta de autos robados cuenta con estadísticas propias, entre ellas el precio pagado por cada uno de estos autos mellizos. Una combi en las condiciones como las que usaba el intendente se vende en el mercado clandestino a un 20 por ciento de su valor original. Geronés no sabe cuánto pagó su amigo por la Transit, pero puede calcularlo: “No sé si la pagó menos, pero pagó un precio menor porque tenía deudas de patente”.
Rubén Vicente es uno de los concejales de Quilmes, autor de la investigación que derivó en el procesamiento por un fraude de 9 millonesde dólares, por el que están acusados funcionarios del Ejecutivo, entre los que está el intendente. Desde hace dos meses, Vicente venía investigando otro caso en su ciudad, esta vez ligado a las combis oficiales. “Estoy en condiciones de decir que en Quilmes no hay sólo una combi así, sino cuatro.” El concejal cuenta con información que le permite decir que “tres camionetas iguales a la de Geronés están en manos de funcionarios del Ejecutivo y una en manos de uno de los proveedores más importantes de la municipalidad; las combis son intransferibles y provienen de La Matanza”. Sobre esta acusación, el intendente responde: “No tengo conocimiento de que haya una camioneta igual en la comuna”.
La semana pasada, y tal como viene ocurriendo en distintos puntos del Conurbano, la DDI de Quilmes dispuso varios operativos en distintos desarmaderos. El 17 de julio, un grupo de hombres de la comisaría segunda hizo una inspección en avenida Los Quilmes 161, en un local conocido como Autopartes Paco. La policía clausuró el local por una infracción a la ley municipal y remitió el caso al Tribunal de Faltas. En ese momento no encontraron elementos robados, pero el local no tenía habilitación. El encargado apeló a sus relaciones con la intendencia para implorar un tiempo de gracia y clemencia, no para él sino para la combi blanca estacionada en el predio. De acuerdo con dos fuentes de la comuna consultadas por este diario, la semana pasada la Transit de Geronés estaba en ese local a la espera de un “acondicionamiento” rápido “para las vacaciones del intendente”. Geronés dijo que desconoce ese comercio, pero admitió que a la combi se le hicieron “unos retoques para hacer el viaje”. Y finalmente viajó.