EL MUNDO › REVELAN LOS ABUSOS DE EE.UU. TRAS EL 11-S

Médicos que torturaron

Médicos y psicólogos que trabajan para el ejército de Estados Unidos violaron los códigos éticos de su profesión por órdenes del Pentágono y la CIA y participaron en torturas a detenidos acusados de terroristas, reveló una investigación dada a conocer ayer. El estudio independiente fue respaldado por el Instituto sobre Medicina como Profesión (IMAP) y por la Open Society Foundation de George Soros, pero la CIA y el Pentágono lo negaron. El documento del Grupo de Trabajo sobre la Preservación de la Profesionalidad Médica en los Centros de Detención de la Seguridad Nacional llegó a la conclusión de que tras los atentados del

11-S los profesionales sanitarios que trabajan para el ejército y los servicios de inteligencia diseñaron y participaron en el trato cruel, inhumano y degradante y en la tortura de detenidos.

Según reveló el diario británico The Guardian, a estos profesionales se les indicó que dado que no estaban tratando a personas enfermas, el principio hipocrático de “lo primero es no hacer daño” no era aplicable en el caso de los presuntos terroristas. De esta forma, el informe responsabiliza principalmente al Departamento de Defensa y la CIA, que fueron los que exigieron a médicos y psicólogos que dejaran de lado sus escrúpulos frente a los daños que pudieran ocasionar las técnicas empleadas para conseguir información de los detenidos.

Entre los métodos denunciados se encuentran el waterboarding o simulacro de ahogamiento, la privación del sueño o la alimentación forzosa. El estudio “Etica abandonada: profesionalidad médica y abuso a detenidos en la guerra contra el terrorismo”, trabajo de 19 expertos durante dos años, denuncia que el Pentágono considera que todas las personas que participan en los interrogatorios, incluido personal sanitario, son oficiales de seguridad.

Tanto la CIA como el Pentágono negaron los hallazgos del informe, según informa la cadena británica BBC. El director de relaciones públicas de la CIA, Dean Boyd, subrayó que el informe contiene imprecisiones y conclusiones erróneas. “Es importante subrayar que la CIA no tiene ningún detenido bajo su custodia y que el presidente Barack Obama puso fin al programa de entrega, detención e interrogatorio por una orden ejecutiva en 2009”, aseguró.

“El Departamento de Defensa sigue manteniendo políticas que minan los estándares de conducta profesional en los interrogatorios, las huelgas de hambre y a la hora de informar sobre abusos”, sostiene el informe. Según los autores del informe, pese a las promesas del gobierno de Obama de acabar con las torturas, este tipo de prácticas por parte de personal médico continúan. Por lo expuesto, el grupo de trabajo solicitó una investigación completa sobre la implicación de médicos y psicólogos en los centros de detención y que la comisión de Inteligencia del Senado de Estados Unidos publique la investigación sobre las prácticas de la CIA.

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