El secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, calificó el acuerdo sobre participación política entre el gobierno colombiano y las FARC como un paso claro en dirección a la paz. “Quedan muchos otros pasos todavía, pero lo de ayer nos hace ser mucho más optimistas”, apuntó el máximo representante de la Organización de Estados Americanos (OEA) en un comunicado. El acuerdo, anunciado el miércoles, abre el camino para la conversión de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en un partido legal si se firma la paz, aunque los detalles de ese tránsito se decidirán más adelante. En líneas generales, el acuerdo persigue garantizar el ejercicio y derechos de la oposición política en Colombia y de los nuevos movimientos que surjan en un escenario de paz, democratizar los mecanismos de participación ciudadana, asegurar transparencia del sistema electoral y otorgar más representación política a territorios y a la población más vulnerable en el conflicto.

Según Insulza, para que este acuerdo tenga éxito, aquellos que han ejercido la lucha armada deben abandonarla y someterse plenamente a las normas del juego democrático, mientras que las víctimas del conflicto tienen que aceptar que los adversarios que usaron la violencia ahora pueden servirse de la acción política. El presidente del Congreso de Colombia, Juan Fernando Cristo, también consideró que el acuerdo sobre participación política firmado en Cuba es un paso fundamental para el proceso de paz. “Entre los partidos que forman la coalición de gobierno también hubo consenso en que se ha inyectado una dosis muy importante de esperanza, de optimismo al proceso y al pueblo colombiano, de que vamos en una muy buena dirección”, señaló Cristo.

Las delegaciones del gobierno y las FARC anunciaron el miércoles en La Habana un acuerdo referido a la participación política de los guerrilleros en caso de alcanzarse la paz, lo que fue celebrado por la sociedad, con el presidente colombiano Juan Manuel Santos a la cabeza, porque constituye un paso hacia un pacto definitivo para poner fin a más de 50 años de conflicto armado. Entre los temas anunciados figuran la creación de un Estatuto para la Oposición y de Circunscripciones Transitorias Especiales de Paz en la Cámara de Representantes (diputados) para los territorios que más sufrieron la violencia, así como garantías y derechos para facilitar la constitución de nuevos partidos, entre ellos el de las FARC.

Por su parte, el ex presidente Alvaro Uribe consideró el acuerdo como inaceptable e invitó al país a oponerse a lo que llamó maniobra política.

“Rechazable que se negocie institucionalidad democrática con las FARC, el cartel de drogas, secuestro y asesinato más grande del mundo”, expresó Uribe, que gobernó entre 2002 y 2010. Arremetió contra ese acuerdo porque considera que la guerrilla, al ser responsable de numerosos crímenes, no debería tener lugar en el Congreso. “No dijo el gobierno si los terroristas responsables de delitos atroces como secuestro, reclutamiento de niños, etc., serían elegibles, lo que nunca debe ser”, manifestó el ex mandatario.

También cuestionó al gobierno de Santos porque dijo que dejar las armas no significaba terminar con la lucha armada. “Sin entrega de armas, con incremento de la violencia y un referendo, que en contra de la Constitución mezcla fechas electorales para confundir paz con impunidad y con reelección, las FARC avanzan hacia la toma de la democracia para llevar a Colombia al castrochavismo”, agregó.

El ex presidente, cuestionado por el proceso de paz que su gobierno hizo con los paramilitares de derecha, agregó que nunca se habría aceptado negociar con los paramilitares lo que se acuerda con las FARC. “Invitamos a los ciudadanos a oponernos a esta maniobra”, concluyó el ex presidente. El espacio que lidera Uribe siempre se manifestó en contra de las negociaciones en Cuba y apenas se conoció el acuerdo parcial, el candidato presidencial de su partido, Oscar Zuluaga, afirmó que romperá el proceso de paz si llega al poder.

Santos, por su lado, había celebrado la firma y confirmado que no se suspenderían los diálogos de paz, en un discurso por cadena nacional en el que dio detalles del reciente acuerdo. “No es el momento de parar”, había asegurado el mandatario. La aclaración del mandatario tuvo lugar después de que sectores políticos pidieran que se frene el proceso de paz por las elecciones que se realizarán el año próximo. Al referirse a lo alcanzado, había expresado que no era sólo un acuerdo para la futura participación de una guerrilla desmovilizada sino para toda la sociedad. “El acuerdo facilita la creación de nuevas expresiones políticas, promueve el pluralismo y la tolerancia que tanta falta nos hacen”, había consignado ante las cámaras.