EL MUNDO › LA EXPLOSIóN MATó A SEIS PERSONAS, INCLUYENDO A UN EX MINISTRO ENFRENTADO CON HEZBOLá

Un atentado dispara la crisis en Líbano

El movimiento chiíta Hezbolá, que Chatah criticaba profundamente, calificó el atentado, en el que además resultaron heridas 71 personas, de crimen horrible que procura desestabilizar el país y golpear la unidad nacional.

El ex ministro de Finanzas del Líbano Mohamed Chatah y otras seis personas murieron ayer por la explosión de un coche bomba en el centro de Beirut, profundizando la crisis política que vive ese país árabe desde que se inició la guerra civil en la vecina Siria. El movimiento chiíta Hezbolá, que Chatah criticaba profundamente, calificó el atentado, en el que además resultaron heridas 71 personas, de crimen horrible que procura desestabilizar el país y golpear la unidad nacional en un comunicado que difundió la agencia nacional libanesa de noticias ANI. Sin embargo, el ex primer ministro sunnita Saad Hariri acusó a Hezbolá por el ataque, al asegurar que sus autores son los mismos que mataron a su padre, Rafik Hariri. Chatah, de 62 años, se dirigía a una reunión cuando la explosión de un coche bomba en el centro de Beirut destruyó el vehículo en el que se transportaba.

En su comunicado, Hezbolá pidió a las fuerzas de seguridad que no ahorren esfuerzo alguno para llevar ante la Justicia a los responsables, en lo que coincide con la Embajada de Estados Unidos en Beirut, que condenó enérgicamente el atentado. En su imputación a Hezbolá, en cambio, Saad Hariri insistió en que los sospechosos son los mismos que huyen de la Justicia internacional y rechazan comparecer ante el Tribunal Internacional. Además, acusó a Hezbolá de traer los incendios regionales al Líbano, en alusión a su apoyo al gobierno sirio en contra de las milicias rebeldes que, muchas veces desde bases en el Líbano, intentan derrocar al régimen secular de ese país vecino.

Todas las fuerzas políticas libanesas repudiaron un atentado que, en general, califican de un ataque a la convivencia y la moderación, que Chatah practicaba. Se pronunciaron en este sentido dirigentes de las más variadas tendencias como –entre otros– los históricos Walid Jumblatt, Sleiman Frangié o Samir Geagea. También la embajadora de la Unión Europea, Angelina Eichhorst, consideró que el atentado fue un mensaje contra la moderación.

En los últimos meses se registraron varios atentados en el Líbano contra las fuerzas de seguridad y contra posiciones de Hezbolá, que causaron decenas de muertos. El ex funcionario sunnita era opositor al presidente sirio y crítico de Hezbolá. Fue asesor de los ex primeros ministros Saad Hariri y Fuad Siniora. Testigos relataron que algunos comercios de la zona quedaron destruidos y que varios coches se incendiaron luego de la explosión que le costó la vida al político libanés. Algunos medios lo identifican como amigo de Estados Unidos, donde fue embajador, y enemigo del grupo Hezbolá y de Damasco.

La muerte de Chatah ocurre tres semanas antes de la apertura de un juicio contra los cinco sospechosos de Hezbolá acusados del atentado de febrero de 2005 en el que murieron el ex primer ministro Rafik Hariri, padre de Saad, y otras 21 personas.

“El atentado tuvo como objetivo no sólo a un político sino también a un académico moderado que siempre creyó en el diálogo, en el lenguaje de la razón y en el derecho de cada uno a ser diferente”, sostuvo el primer ministro saliente, Nayib Mikati. “Estos actos de violencia conducirán a más tragedias y caos en el Líbano”, agregó.

El fiscal general interino ante el Tribunal de Casación, Samir Hamud, quien se trasladó al lugar del atentado, precisó que el vehículo que estalló contenía una carga explosiva de entre 50 y 60 kilogramos.

“(El secretario general de la ONU) Ban Ki-moon está muy preocupado por los actos recurrentes de terrorismo en Líbano que plantean una auténtica amenaza para la estabilidad del país y la cohesión nacional”, según señaló el portavoz de la ONU, Martin Nesirky. Arabia Saudita condenó firmemente el ataque terrorista y Qatar denunció que se trató de un acto criminal contrario a todos los valores humanos. Los embajadores de Francia, Estados Unidos y Gran Bretaña, países que apoyan a la coalición 14 de Marzo de Hariri, acudieron al lugar del atentado. Los tres países instaron a que el Tribunal Especial para el Líbano (TEL), que debe juzgar a los asesinos de Hariri, también lo haga con los autores del atentado que acabó con la vida de Chatah. “Pedimos que este asesinato sea transferido al TEL”, dijo Fuad Siniora, ex primer ministro libanés y jefe del grupo parlamentario Futuro, al término de una reunión celebrada en la casa del también antiguo jefe del gobierno Saad Hariri, ausente del país, en el centro de Beirut y a pocos metros del lugar donde se produjo la explosión del coche bomba. Según Siniora, los libaneses conocen a los asesinos de Chatah, ya que son los mismos criminales que amenazan a diario a los libaneses. “Se trata de los mismos asesinos a quienes no les fue suficiente con matar a los miembros de la Revolución del Cedro”, agregó, en referencia a la ola de atentados contra personalidades adversas al régimen sirio entre 2004 y 2008. Siniora prometió que el Líbano continuará siendo libre y que los tiranos caerán, para que el país siga siendo el país de la libertad, dignidad y coexistencia entre los libaneses.

Desde el inicio de la crisis en Siria, en marzo de 2011, la seguridad se deterioró en el Líbano con un aumento además de los enfrentamientos sectarios, los asesinatos y los secuestros. El coordinador especial de Naciones Unidas para el Líbano, Derek Plumbly, condenó hoy el atentado con coche bomba en Beirut que dejó al menos seis muertos, entre ellos el ex ministro de Finanzas Mohammad Chatah.

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Miembros de los servicios de emergencia inspeccionan el sitio del atentado.
 
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