El fundador y líder de un grupo xenófobo de Alemania que denuncia una islamización de Europa dejó ayer su cargo como responsable del grupo, luego de que apareciera una foto suya disfrazado de Adolf Hitler y que la Justicia abriera una investigación en su contra por incitación al odio y la xenofobia. Fiscales de la ciudad oriental de Dresde, cuna y bastión del movimiento Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente (Pegida), dijeron que el líder del grupo, Lutz Bachmann, será investigado por comentarios que hizo en su perfil de Facebook contra extranjeros y solicitantes de asilo.

El movimiento islamófobo no consiguió movilizar a los 40.000 manifestantes que esperaba en la protesta convocada para ayer en el centro de Leipzig, en el este de Alemania. Según datos de la policía, 13.000 personas acudieron a la manifestación convocada por la filial de Pegida en esa ciudad alemana, conocida como Legida, concentración que tuvo lugar luego de que la policía prohibiese el domingo las tradicionales marchas de los lunes en Dresde, ante la amenaza concreta de un atentado islamista.

El comunicado en el que Bachmann anunció su renuncia en Facebook se tituló “Me disculpo sinceramente”. En el documento, el líder xenófobo lamentó los comentarios con los que pudo haber dañado los intereses de su movimiento, pero no se refirió a la polémica fotografía. La vocera de Pegida, Kathrin Oertel, mostró el rechazo de la organización (que buscó distanciarse de grupos neonazis) a esos planteos y aseguró que las palabras utilizadas por Bachmann no están dentro de su vocabulario político. Pegida comenzó a ser blanco de las críticas ayer tras la publicación en la portada del popular diario Bild, entre otros medios, de una fotografía en la que Bachmann aparece con el bigote típico que usaba Hitler y el peinado habitual del dictador nazi en una clásica pose suya. “De vez en cuando hay que tomarse en broma a uno mismo”, dijo Bachmann, consultado por Bild. Desde el movimiento islamófobo explicaron que la foto se trató de una broma. Oertel agradeció a Bachmann su trabajo para sentar las bases de Pegida y movilizar a miles de simpatizantes y aseguró que la imagen imitando a Hitler era sólo una sátira, al publicarse en Alemania la novela Ha vuelto, de Timur Vermes, en la que se juega con un presunto regreso de Hitler al mundo desde una perspectiva paródica.

Las explicaciones no impidieron que la foto se difundiera rápidamente por las redes sociales, desde la noche del martes, acompañada por críticas y comentarios sobre la verdadera cara de Pegida. El grupo xenófobo viene organizando masivas marchas cada lunes en Dresde, desde octubre, en reclamo de políticas más duras de inmigración y asilo, a las que asisten tanto ciudadanos sin vinculación política como neonazis y ultraderechistas. Luego de los atentados islamistas que dejaron 20 muertos en Francia, Pegida reunió a 25.000 personas en Dresde la semana pasada, en la que fue su mayor marcha hasta el momento. Ese mismo día, 100.000 alemanes se manifestaron contra el movimiento en todo el país.

Alarmado, el gobierno alemán de la canciller Angela Merkel salió a criticar a Pegida y le pidió a la población que se abstenga de participar en sus manifestaciones. “Cualquier político que pose como Hitler es un idiota o un nazi”, dijo el vicecanciller Sigmar Gabriel al diario Bild, reiterando el llamado del gobierno a no adherir a las marchas del movimiento islamófobo. Bachmann se encuentra actualmente bajo protección policial después de recibir amenazas de muerte.

Ayer, el acceso a la plaza principal de Leipzig, Augustusplatz, donde se reunieron en un primer momento 10.000 manifestantes y a los que luego se sumaron otros 3000, durante el recorrido de la marcha, quedó bloqueado por miles de contramanifestantes. En un principio, los organizadores de Pegida anunciaron que cerca de 40.000 personas participarían en la marcha, una cifra que fue reducida posteriormente. “Podemos tachar por completo la cifra de 40.000 personas”, aseguró un policía sobre el número de participantes previsto por Pegida. La policía desplegó 4000 efectivos para velar por la seguridad y señaló que el ambiente era tenso, pero que no hubo mayores incidentes a pesar de las 19 contramanifestaciones convocadas.