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Un día después de su salida de prisión, el ex tesorero del Partido Popular (PP) Luis Bárcenas se convirtió ayer en una amenaza para el presidente del gobierno español, Mariano Rajoy (foto), al volver a involucrarlo directamente con el escándalo de la contabilidad B de la fuerza derechista y el cobro de sobresueldos en negro.

“Mariano Rajoy conocía la existencia de la contabilidad B del PP desde el principio”, aseguró Bárcenas a las puertas de la Audiencia Nacional de España, luego de cumplir con su obligación de comparecer ante ese tribunal, menos de 24 horas después de su excarcelación. El ex tesorero abandonó anoche la prisión madrileña de Soto del Real tras pagar una fianza de 200.000 euros impuesta por la Justicia española. Bárcenas había ingresado a la cárcel el 27 de junio de 2013 convertido en uno de los principales imputados en la megacausa de corrupción Gürtel, que investiga el pago de comisiones a cambio de adjudicaciones por parte de gobiernos locales y regionales del PP.

En el marco de esa investigación, el juez de instrucción Pablo Ruz descubrió que Bárcenas guardaba millones de euros en Suiza. Tras el hallazgo y mientras la cúpula del PP dejaba caer a su ex tesorero, salieron a la luz documentos de una contabilidad B en la fuerza conservadora durante décadas.

“En esa contabilidad, que es fidedigna desde el primer apunte hasta el último, no hay un solo apunte que no se corresponda con un concepto real”, insistió ayer Bárcenas, quien ya había reconocido la veracidad de las cuentas B en instancia judicial. “Todos los apuntes son rigurosamente ciertos, corresponden con cantidades que percibían determinadas personas en efectivo y que entregaba en un sobre” su antecesor Alvaro Lapuerta, añadió.

Asimismo, Bárcenas remarcó que es imposible que Rajoy no supiera nada de la contabilidad B “si recibía sobres de Alvaro Lapuerta en su despacho cuando era ministro”. Es más, el ex tesorero detalló que el líder conservador se “incorporó” al cobro de sobresueldos cuando era “secretario de Acción Electoral” de su partido en 1990.

Por otro lado, Bárcenas calificó de “absurda” la estrategia del PP de intentar desmarcarse de la cuentas B atribuyéndoselas a él como si fuese algo personal. “Si esa contabilidad fuese mía no le pago la obra al PP, ni le entrego dinero a la Fundación Humanismo y Democracia para sus fines, ni me dedico a hacer obras de caridad, me quedo yo todo el dinero”, sostuvo con ironía. “Fue una incorrección sin ninguna duda y yo asumo la parte de responsabilidad que a mí me corresponde, pero el que se ha beneficiado de esa contabilidad es el partido”, reiteró.

Antes de que Bárcenas saliera de prisión, la secretaria general de los conservadores, María Dolores de Cospedal, sostuvo que “si hay una caja B, no es del PP, sino de la persona que la llevaba”. En la misma línea, Carlos Floriano, vicesecretario de organización del PP, reiteró ayer esa idea al afirmar que Bárcenas era el que “gestionaba y controlaba” las cuentas B “de principio a fin” y había “engañado” durante tiempo a mucha gente.

Anoche, tan pronto pisó la calle, Bárcenas sostuvo a las puertas de la cárcel de Soto del Real que el PP “no tenía nada que temer” por su excarcelación. De hecho, le envió un mensaje a Rajoy diciendo que “había sido fuerte” como él le había pedido. Sin embargo, sus nuevas declaraciones justifican el pánico desatado en la fuerza derechista cuando se tuvo conocimiento de que el ex tesorero iba a ser liberado, decisión que había sido cuestionada por la fiscalía y las acusaciones. Si bien Bárcenas dice no contar con nueva documentación comprometida para su partido, parece dispuesto a reabrir la batalla interna que estalló en el PP con el caso Gürtel y que puede ser autodestructiva para los conservadores.