Miércoles, 18 de febrero de 2015 | Hoy
EL MUNDO › A PESAR DEL ALTO EL FUEGO ACORDADO LA SEMANA PASADA, SIGUE EL CONFLICTO ARMADO
El área que rodea la ciudad de Debaltsevo, nudo caminero y ferroviario clave del estado de Donetsk, en el este del país, es escenario de violentísimos combates. La situación en el enclave puede hacer fracasar los acuerdos de Minsk.
Mientras las fuerzas rebeldes aseguran que ya están peinando la localidad de Debaltsevo para terminar con los francotiradores ucranianos, el gobierno de Alemania advirtió ayer que la situación en el enclave puede hacer fracasar los acuerdos de Minsk. Tanto Kiev como los insurgentes consideran que el área de Debaltsevo, escenario en este momento de violentísimos combates, estaba bajo su control al momento de iniciarse la tregua.
Los insurgentes piden la rendición de las tropas ucranianas que, afirman, están atrapadas ahí desde que, antes de la firma de los acuerdos, habían cerrado una operación de pinzas en torno de las fuerzas estacionadas allí. Kiev lo niega y exige que las milicias se retiren a las posiciones previas a los fuertes combates de enero y febrero. Ya el 13 de febrero, apenas firmados los acuerdos de Minsk que pretenden llegar a un cese del fuego, varios observadores, incluido el presidente ruso Vladimir Putin, percibieron que la implementación del cese del fuego en el área de Debaltsevo iba a ser muy complicada.
Aun así, la canciller alemana, Angela Merkel, y los presidentes de Francia, Rusia y Ucrania –François Hollande, Vladimir Putin y Petro Poroshenko– abogaron por iniciar ayer la retirada del armamento pesado durante unas consultas telefónicas a cuatro bandas mantenidas anoche.
Pero Kiev acusó ahora a Rusia y a los separatistas de incumplir los acuerdos de Minsk al lanzar una ofensiva contra Debaltsevo, nudo caminero y ferroviario clave de Donetsk, pero también una posición militar cuya caída (o su reconocimiento) podría incidir pesadamente en el ánimo combativo del ejército y la población de Ucrania. “Lamentablemente, ni Rusia ni las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk cumplen los acuerdos” alcanzados en Minsk, dijo Valery Shaly, jefe de la administración presidencial ucraniana, en conferencia de prensa.
La escalada del conflicto en el este de Ucrania “amenaza no sólo la integridad territorial y la soberanía” del país, sino también “la seguridad en Europa y en todo el mundo”, advirtió ayer el presidente ucraniano, Petro Poroshenko. El mandatario pidió a los países de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) que adopten todas las medidas posibles para desbloquear la tarea de la misión especial para el monitoreo de la tregua en el este del país.
Ya en días anteriores, por su parte, los insurgentes acusaban a Kiev por impedir la llegada de los observadores a esta zona en plena ebullición militar. Poroshenko advirtió a los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas –Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña, China y Rusia– que es necesario evitar nuevas violaciones a los acuerdos de Minsk. La apelación fue dirigida también a Alemania y a los países de la Unión Europea y la OTAN.
La canciller alemana, Angela Merkel, entretanto, mantuvo una conversación telefónica con los presidentes de Rusia y Ucrania en la que acordó “pasos concretos” para que la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) supervise el alto el fuego en Debaltsevo, informó ayer Berlín sin dar detalles. El vicejefe de la misión, Alexander Hug, señaló que los observadores no lograron ingresar a la ciudad porque no hay garantías para su seguridad. “Todas las partes están intentando al parecer crear hechos consumados con combates pero eso contradice el espíritu de los acuerdos de Minsk”, dijo el suizo.
También la Unión Europea (UE) expresó ayer su “preocupación” por la continuación de los enfrentamientos en la localidad estratégica de Debaltsevo, en el este de Ucrania, a pesar de la entrada en vigor del último alto el fuego acordado por Kiev y los separatistas pro-rusos. “Un alto el fuego es un alto el fuego. Eso significa que hay que detener los disparos”, zanjó la portavoz comunitaria de Exteriores Catherine Ray en la rueda de prensa diaria de la Comisión Europea (CE).
“Estamos preocupados por la continuación de los combates” en Debaltsevo, dijo, y añadió: “Lamentamos los problemas a los que se enfrenta la misión especial de control de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE)” para supervisar la zona.
“Hay enfrentamientos junto a la estación de ferrocarril. Pero nuestros militares mantienen sus posiciones de combate y tienen todo el derecho a responder con fuego para hacerlo”, dijo el portavoz militar ucraniano, Andrei Lyssenko. “De parte de los rebeldes no hay tregua, o sea que no se cumplen las condiciones”, argumentó Lyssenko desde Kiev. Según dijo, el ejército está dispuesto a crear una zona tapón, pero sus posiciones “son atacadas constantemente”. Lyssenko acusó a Rusia de enviar en las últimas horas 12 carros de combate ligeros y 54 camiones cargados de munición a los separatistas. “A pesar del régimen de alto el fuego, Rusia se prepara para combatir”, agregó.
El Consejo de Seguridad de la ONU llamó ayer a las partes envueltas en el conflicto en el este de Ucrania a cesar de inmediato las hostilidades, en una declaración votada por unanimidad. Los 15 países miembros, incluida Rusia, pidieron también respetar los acuerdos firmados en Minsk, en cuanto a facilitar el acceso para los observadores de la OSCE.
El incumplimiento del alto el fuego, según Kiev impide, de momento, la retirada de su artillería para crear una zona de seguridad, el segundo de los trece puntos de los acuerdos de Minsk. Sin embargo, Eduard Basurin, segundo jefe de las tropas prorrusas, acusó al ejército de no cumplir la tregua, sobre todo en Debaltsevo. “Tenemos que responder al fuego”, afirmó.
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