EL MUNDO › HABLA JORGE LAZARTE, ANALISTA POLITICO DE BOLIVIA
“Despertamos de una pesadilla”
Por Mercedes López San Miguel
El despertar de una jornada histórica para el pueblo de Bolivia fue de paulatina vuelta a la calma. Jorge Lazarte, analista político de ese país, conversó con Página/12 sobre el desafío de materializar esta vez la voluntad de cambio del pueblo boliviano, “que ha mirado con atención la agenda que ha planteado el gobernante Carlos Mesa y la constitución de un gobierno sin partidos”.
–¿Cuál es el escenario que se vislumbra?
–La población despertó de una pesadilla. La crisis política ha descendido en su tensión, se está normalizando el país, muchos movilizados han retornado a su habitualidad. Incluso los cocaleros e indígenas más radicalizados han concedido el beneficio de la duda: sin plazos esperan encontrarse para dialogar con el presidente Carlos Mesa. Todos han observado con interés la agenda que planteó en el momento de su investidura (el llamado a referéndum consultivo sobre el tema del gas, la Asamblea Constituyente). En otras palabras, el nuevo gobierno parte de una base de credibilidad creciente y empieza por la constitución de su gabinete. El apoyo que tiene Mesa no lo tenía Sánchez de Lozada.
–¿Qué tipo de apoyo?
–Institucional, a la gestión de gobierno, y el dejarlo gobernar. Mesa formará gobierno con independientes, sin representación de los partidos. Ese es un buen signo para la población: el pueblo ve con buenos ojos que no intervengan los partidos que lo perjudicaron. Y el gobierno así está con las manos más libres para definir sus políticas.
–La ausencia de una estructura partidaria que lo apoye, ¿lo debilita en parte?
–Sí, pero también eso debe capitalizarlo para ganarse el apoyo popular. A semejanza de su presidente, Néstor Kirchner. Es decir, en las decisiones concretas que vaya tomando irá ganando más apoyo. Desde luego, tendrá que enfrentarse a problemas en la negociación con los sectores movilizados.
–¿Por ejemplo?
–Los temas de tierra y coca, que Mesa no incluyó en su agenda, y ligado a ello, la relación con Estados Unidos. De hecho, el asunto de la coca no ha sido resuelto por ninguno de los gobiernos desde mediados de los ‘80. Siempre fracasaron las estrategias entre los dos actores internos (gobierno-cocaleros) y el externo (Estados Unidos). A principios de enero de este año hubo diez muertos debido a la represión a los cocaleros. Ahora creo que hay una buena disposición a encontrar una salida concertada. Evo Morales, el líder de los cocaleros, ha declarado la tregua y procurado la calma para dejar que se constituya este gobierno.
–Felipe Quispe (líder aymara) ha hecho declaraciones de mayor advertencia al nuevo gobierno, ¿qué puede suceder con la comunidad indígena?
–Quispe es el más duro con las propuestas. No tiene confianza en el gobierno, pero decidió no radicalizar sus posiciones. Porque dejó en su gente la consulta sobre si detener los cortes de rutas. Y es probable que dejen de hacerlo. De hecho, hoy se ve que comenzaron a levantarlos; la gente no está en la calle.
–¿No cree que Mesa pueda verse condicionado por haber sido parte de la fórmula del saliente Lozada? ¿Y no será una suerte de rehén de la protesta?
–No me parece. Dependerá del trabajo que haga sobre su credibilidad y brinde confianza política –Sánchez de Lozada la perdió–. La acción de Mesa como vicepresidente fue solitaria y de ruptura con el gobierno. Daría la impresión que tiene gente con la cual construir una base de apoyo y fuerza en su negociación con todos los sectores. El temor del empresariado y de los grupos de poder es que Mesa sea débil y ceda cada vez más.
–¿Y usted qué cree que suceda a corto o mediano plazo?
–Creo que hay voluntad de cambio. El país tiene esa voluntad, y el presidente sintoniza con esos cambios. Además, Mesa no tiene que defender lo que hizo en el pasado como le sucedía a su antecesor. Y ya anticipó que va a ser jefe de transición, que va a llamar a elecciones generales.
–O sea, cree que no llegará al 2007.
–Sí, lo más probable es que sea así, que busque la forma de llamar a votación. Me parece que su anuncio de llamar a elecciones está dirigido a los partidos políticos para que lo dejen gobernar en este tiempo.