El candidato opositor Adrián Oliva ganó en el departamento Tarija con 61,4 por ciento de los votos, mientras que en Beni la disputa estaba pareja, al cierre de esta edición, según datos extraoficiales de conteo rápido de los dos ballottages para gobernadores realizados ayer en Bolivia. Los resultados oficiales comenzarán a fluir hoy y podrían concluirse recién el viernes. Tarija y Beni son bastiones de sectores antagónicos al presidente Evo Morales y sus decisiones podrían inclinar el mapa político del país. El conteo rápido de Ipsos, por encargo de la televisora ATB, dio el triunfo a Oliva, ferviente opositor de derecha, ante el oficialista Pablo Canedo, que llegaba al 38,6 por ciento. En Beni, el resultado daba un ajustadísimo triunfo para el opositor Carlos Dellien, con 50,5 por ciento frente al oficialista Alex Ferrier, con 49,5 por ciento, según la misma encuestadora.

Los resultados, que tienen un margen de error del 3 por ciento, podrían variar en el conteo oficial, por lo que en Beni el pronóstico era reservado. En las elecciones regionales del 29 de marzo, los candidatos regionales obtuvieron mayorías insuficientes para ganar los comicios, por lo que estuvieron obligados a una segunda vuelta. Tarija, frontera con Argentina, es una región de fuerte vocación petrolera, mientras que Beni, en la Amazonia, es una pujante región de relativa importancia política y económica.

El presidente Morales, que no se pronunció sobre los resultados, llamó a votar por sus candidatos con el argumento de que trabaja mejor con sus afines. En los comicios de marzo, el partido de Morales ganó en cinco regiones: Cochabamba (centro), Pando (norte), Chuquisaca (sudeste), Oruro (sudoeste) y Potosí (sur). Pero perdió las importantes plazas de La Paz (oeste) y Santa Cruz (este), motor del desarrollo nacional, a manos de una oposición dispersa. Ante un resultado adverso, la correlación de fuerzas entre el oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS) y la oposición, fragmentada en varios partidos y agrupaciones ciudadanas, estará emparejada, para discutir en igualdad de condiciones cuestiones cruciales, como una nueva ley de distribución de los recursos y las autonomías regionales.