Martes, 4 de agosto de 2015 | Hoy
EL MUNDO › LA CAíDA BURSáTIL ACOMPAñó LAS NEGOCIACIONES DE UN TERCER RESCATE ENTRE ATENAS Y LOS ACREEDORES
Después de cinco semanas sin operar por el control de capitales lanzado por el gobierno, la caída de la Bolsa convirtió la jornada en un lunes negro. El desplome de los títulos de los bancos tampoco sorprendió.
La Bolsa de Atenas volvió a operar ayer con una fuerte caída tras cinco semanas de permanecer cerrada por el control de capitales lanzado por el gobierno de Alexis Tsipras. El desplome bursátil, que en la apertura rozó los 23 puntos porcentuales y alcanzó al 16 por ciento en el cierre, acompañó el ritmo de las negociaciones entre el gobierno de Tsipras y la troika para alcanzar un tercer rescate.
Grecia y representantes de sus acreedores internacionales sostuvieron una reunión en la que el eje del debate estuvo puesto en las reformas laborales y de pensiones, dos de los temas más espinosos para el gobierno heleno. En un encuentro informal que se desarrolló por espacio de hora y media con el ministro de Trabajo, Yorgos Katrúgalos, los jefes de las instituciones abordaron esos temas con el objetivo de establecer una hoja de ruta. En declaraciones a la agencia griega de noticias Amna, Katrúgalos aseguró que la sesión transcurrió en un clima constructivo y dejó claro que si bien el estudio de los aspectos técnicos más concretos tendrá lugar en el hotel de la capital helena donde se aloja el cuarteto, las partes se trasladaron al ministerio por voluntad propia.
Se daba por descontado que la reacción de la Bolsa, que el presidente de la Comisión del Mercado de Valores, Kostas Botópulos, caracterizó como un primer paso hacia la normalidad, iba a convertir a la jornada en un lunes negro. En este sentido, los analistas partieron de la base de que la reapertura iba a ser dramática habida cuenta de que los inversores nacionales apenas si cuentan con margen de acción debido al control de capitales vigente: mientras los extranjeros pueden hacer compras y ventas con completa normalidad, la cotidianidad de los griegos sigue sujeta a las restricciones que impone el control de capitales; los inversores helenos sólo pueden comprar acciones con fondos que procedan de antiguas reservas, pero no recurrir a cuentas bancarias normalmente.
El acentuado desplome de los títulos de los bancos, que cayeron un 30 por ciento, era también esperado. En los últimos meses los bancos griegos sufrieron una fuerte fuga de depósitos, situación que, sumada a la decisión del Banco Central Europeo (BCE) de cerrar el flujo de créditos de emergencia, empujó el 29 de junio al gobierno griego a imponer un corralito por un plazo de tres semanas. Al mismo tiempo, el Ejecutivo de Tsipras intenta lograr un acuerdo que le permita solventar la crisis de los bancos e insuflar algo de oxígeno a la economía, amenazada por un nuevo golpe de recesión para este año a raíz de los problemas de los últimos meses.
Por otra parte, el viceprimer ministro griego, Yannis Dragasakis, admitió el fin de semana que la economía podría retroceder este año hasta un 5 por ciento, contracción que supone un golpe adicional a las negociaciones que comenzaron sobre un preacuerdo y donde el punto de partida era un crecimiento del Producto Interno Bruto del 0,5 por ciento. Representantes de la Comisión Europea (CE), el BCE, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) continuaban ayer el análisis de la situación en el Ministerio de Trabajo, con el eje puesto en la reforma del sistema de jubilaciones y la flexibilización del mercado laboral.
Según medios locales, el gobierno de Tsipras pretende alcanzar un acuerdo sustentable antes del 18 de agosto que permita el desembolso de un primer gran tramo de la ayuda, para poder devolver, dos días después, al Banco Central Europeo 3200 millones de euros que vencen ese mismo día. En total, Atenas espera obtener 24 mil millones de euros, de los cuales 10 mil millones irían destinados a recapitalizar la banca, 5000 millones para que el Estado pueda saldar pagos demorados con proveedores y cerca de 7200 millones para devolver el crédito puente que obtuvo Grecia en julio. El monto total del tercer rescate podría ascender a 86 mil millones de euros. Para acceder a este tramo, Grecia estaría obligada a poner en práctica la liberalización de algunas profesiones, el impulso de un proceso de privatizaciones y cambios en el mercado laboral.
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