EL MUNDO
“Tenemos la fórmula que nos puede llevar a la paz”
Reportaje a Yasser Abed Rabbo, ministro palestino de Comunicación y promotor de los Acuerdos de Ginebra, iniciativa de paz con pacifistas israelíes, a la que se opuso el gobierno de Israel.
Por Ferrán Sales*
Desde Ramalá
Yasser Abed Rabbo, 62 años, portavoz durante más de tres décadas de la resistencia palestina, dejará esta semana de ser ministro de Comunicación de la Autoridad Palestina para dedicarse por entero a promover y difundir los Acuerdos de Ginebra, un ambicioso plan de paz para el conflicto israelo-palestino. Estos acuerdos, que han venido siendo negociados durante dos años con absoluta discreción con un grupo de pacifistas israelíes, constituyen la herencia política del ministro Rabbo, que siempre ha defendido y creído en la posibilidad de un diálogo.
–¿Los Acuerdos de Ginebra son resultado de un ejercicio académico?
–No. No somos un grupo de académicos aislados de la calle. No es un sueño. Es el esfuerzo de un grupo de activistas y dirigentes políticos. Yo mismo, por poner un ejemplo, he estado trabajando durante 35 años al lado de Yasser Arafat. Pero además este documento tiene el apoyo de la dirección palestina. Por el lado israelí han participado laboristas, responsables de Meretz e incluso diputados del partido Shinui, del Likud, políticos, profesores o militares de alta graduación, incluidos ex generales.
–¿Y cuál es su contenido?
–Es una reformulación del Plan de Paz. Recoge los reveses y los éxitos de las anteriores negociaciones, desde Camp David a Taba. Pero sobre todo es un documento pragmático, en el que se ha estado trabajando durante dos años. Tratamos de presentar a los gobiernos una fórmula, la única equilibrada, que puede dar respuesta a todas las cuestiones suscitadas en el conflicto israelo-palestino y que nos puede llevar hasta la paz.
–¿Qué opina de los sectores críticos israelíes, que dicen que el documento es un papel mojado?
–Todo esto forma parte de la propaganda israelí. Los Acuerdos de Ginebra demuestran que la paz con Israel es posible y que hay un interlocutor. Nosotros aportamos una respuesta concreta y detalla a cada problema. En cuanto a la reacción de Ariel Sharon, rechazando el documento, la explicación es simple; éste no quiere ninguna solución. Su táctica es hacer la vida imposible a los palestinos: colocándonos en la disyuntiva de emigrar o obligarnos a vivir en una cárcel, con la sola preocupación de darnos comida para mantenernos vivos.
–¿Y cuál es su respuesta a las críticas palestinas, que lo acusan de haber negociado el documento con una delegación monocolor, como si fuera un grupo de amigos?
–El equipo de negociadores palestinos ha sido amplio. El acuerdo ha contado con el apoyo de muchos de los responsables de Al Fatah, incluido el propio Marwan Barghouti, que desde la cárcel nos ha enviado un mensaje de solidaridad y apoyo. El documento lo han firmado además diputados del Parlamento, empresarios, responsables de organizaciones no gubernamentales, dirigentes de asociaciones de mujeres. Todas las tendencias y espectros políticos están dando su apoyo a los acuerdos. Los que ahora nos critican son los mismos que están criticando las iniciativas de paz desde hace 35 años: utilizan siempre los mismos argumentos. Yo a estos les diría que estamos luchando por establecer un Estado libre e Independiente.
–¿No cree que este documento podría entrar en colisión con la propuesta de pacificación planteada por Estados Unidos en la Hoja de Ruta?
–Hace pocos días recibí una carta del secretario de Estado Colin Powell, solidarizándose con el documento y diciendo que Estados Unidos no puede sustituir a israelíes y palestinos para formular los detalles de la solución del conflicto. Pero yo le diré además que los Acuerdos de Ginebra complementan la Hoja de Ruta. No sólo no la contradicen sino que le dan credibilidad.
–¿Y ahora qué? ¿Cuál es el siguiente paso a dar una vez redactados y firmados los acuerdos?
–Hay que convencer a la opinión pública de ambos lados de que éste es el mejor acuerdo, sobre todo a nuestros extremistas, que propugnan una guerra indefinida y que no quieren llegar a un compromiso histórico. Hay que decirles muy claro que es un programa que satisface las necesidades básicas de los dos pueblos, sin excluirse. Hay que intentar conseguir el máximo apoyo internacional. Hasta ahora hemos conseguido la solidaridad de Kofi Annan, Tony Blair, Jacques Chirac... No tenemos un arma secreta. Nuestra única fuerza es la opinión pública.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.