La primera votación en la ONU sobre el bloqueo económico de Estados Unidos a Cuba tras la reapertura de embajadas en Washington y La Habana, arrojó ayer el resultado más categórico desde que se trata el tema en la asamblea general. Fueron 191 países los que rechazaron el cerco impuesto a la isla desde 1960, justo cuando este mes se cumplen 55 años de la medida que adoptó el gobierno de Dwight Eisenhower. EE.UU., como venía sucediendo, votó casi en soledad –Israel fue el único que lo acompañó– y sin que se produjeran abstenciones. Desde 1992, en que los cubanos presentaron por primera vez en Naciones Unidas el proyecto para poner fin a las sanciones unilaterales de su vecino, la diferencia de 191 a 2 fue la más holgada y se produjo en un contexto muy distinto. Con los vínculos diplomáticos restablecidos, aun cuando a las dos naciones les restan muchos temas pendientes por acordar.

La posibilidad de que el gobierno de Barack Obama se abstuviera en la votación –confiada en el anonimato por algunos funcionarios políticos a la agencia AP en los días previos– se evaporó como una voluta de humo. Las nuevas condiciones de la relación bilateral, con una distensión marcada por la reapertura de embajadas, no modificó la postura de EE.UU. en este tema. Era previsible. El Congreso que mantiene prerrogativas para prolongar el bloqueo y que devienen de algunas leyes como la Torricelli o Helms-Burton, se lo habría hecho sentir al presidente. El embajador de Estados Unidos en la ONU, Ronald Godard, justificó la postura en que “nos parece lamentable que Cuba haya optado por presentar una resolución casi idéntica a años anteriores. Si piensa que esto va a ayudar a mejorar las cosas, se equivoca”.

El canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, dijo en una conferencia de prensa posterior a la asamblea: “Ha sido una votación record la que se produjo. Una vez más queremos agradecer a aquellos que mostraron su apoyo a nuestro pueblo. Recordamos que como el bloqueo contra Cuba es un acto unilateral debe ser levantado unilateralmente. Sólo los Estados Unidos, su gobierno y su Congreso pueden eliminarlo”.

La historia de estas votaciones se remonta a 1991, cuando el gobierno de Fidel Castro presentó por primera vez su proyecto en la ONU sobre la necesidad de levantar el bloqueo y luego lo retiró. Cuba adujo presiones de EE.UU. contra algunos países que iban a respaldar su posición diplomática. En 1992, en la primera asamblea en que se trató, 59 naciones votaron a favor de la posición cubana, 3 en contra y hubo 71 abstenciones. Las adhesiones a la isla en esta cuestión, comenzaron a aumentar con el correr de los años. Al punto de que el 91 por ciento de todos los votos en cada una de las 24 sucesivas asambleas –sin contar las abstenciones– fueron favorables a Cuba. Este dato surge de una cuenta: 4257 votos se produjeron entre el año 92 y ayer. Y 3871 acompañaron en la ONU la postura del país que sufre el prolongado bloqueo.

El aislamiento de Estados Unidos y su aliado incondicional, Israel, se profundizó esta vez en que ni siquiera se produjeron las tres abstenciones de los pequeños archipiélagos de Micronesia, Palau y las Islas Marshall como había sucedido en 2014. En esa oportunidad, el resultado fue de 188 países a favor de Cuba, dos en contra y las mencionadas abstenciones. Este año, unos 155 gobiernos, la Unión Europea, El Vaticano y más de 30 organizaciones enviaron por anticipado sus criterios sobre el tema al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. La inmensa mayoría criticó la medida unilateral de EE.UU. y anticipó su apoyo al proyecto de resolución cubano, como finalmente se dio.

El embajador chino en la ONU, Liu Jieyi, señaló: “Instamos a los Estados a que defiendan los derechos que están expuestos en la Carta de Naciones Unidas. El bloqueo económico comercial y financiero contra Cuba ha infringido enormes pérdidas a este país, ha entorpecido el derecho del pueblo cubano a su libre existencia. China siempre ha defendido el derecho de autonomía de los estados y se opone a que se impongan razones sobre los estados”. Vitali Churkin, el embajador ruso, también expuso en la asamblea. “Nuestra postura es la misma. Este bloqueo económico para lograr fines políticos es inadmisible, es, además, una reliquia del pasado. Estas sanciones son vestigios de la guerra fría. De acuerdo con los derechos expresados en la Carta de Naciones Unidas, debe ponerse fin al embargo, una medida que se contradice con esta carta,” señaló.

La victoria diplomática del gobierno de Raúl Castro no se compadece con las dificultades que viene teniendo el proceso de normalización de la relación bilateral. Lo reflejó en su encuentro con la prensa el canciller Rodríguez Parrilla: “Me siento decepcionado con los Estados Unidos en la mañana de hoy (por ayer). Desde el 17 de diciembre no ha habido ninguna medida para levantar el bloqueo. Hace varias semanas el presidente de EE.UU. prorrogó una ley de 1917 que sólo se aplica a Cuba y se han aplicado multas a entidades por tener comercio con Cuba”. Para graficarlo dio un ejemplo: “La compañía The Springs fue multada cuando intentaba negociar para hacer llamadas directas”.

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