Miércoles, 28 de octubre de 2015 | Hoy
ECONOMíA › EMPRESARIOS PYMES, FRENTE AL BALLOTTAGE Y EL ESCENARIO ECONóMICO PARA 2016
Eduardo Fernández, de Apyme, y Ariel Aguilar, de la cámara de manufacturas del cuero, analizan ante Página/12 las propuestas económicas de los candidatos que compiten el 22 de noviembre. Advierten sobre las consecuencias de la devaluación y la apertura comercial.
Por Sebastián Premici
“Es evidente que vemos una etapa de cambio, el tema es para dónde. Queremos mucho más desarrollo inclusivo y democrático. Macri no expuso nada de esto. Cuando escuchamos a los asesores económicos del PRO comprobamos con crudeza que su propuesta es volver a los peores momentos vividos por las pymes. Los que hoy aplauden el triunfo del PRO son los ejecutores de las políticas de los 90”, afirmó a Página/12 Eduardo Fernández, presidente de la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme). “Incertidumbre seguida de preocupación” es la percepción de industriales pymes ante una eventual victoria de Macri. Estos sectores reclaman la continuidad de políticas que defiendan el mercado interno y que se busque la competitividad no vía devaluación sino a través del incentivo a cada sector productivo, con una fuerte presencia del Estado. Es decir, según su visión, una devaluación abrupta para generar un “shock de rentabilidad” debería quedar afuera del menú de opciones. Así lo indicaron tanto Fernández como Ariel Aguilar, secretario general de la Cámara de Manufacturas del Cuero e integrante de la Agrupación Gelbarg.
“Queremos la competitividad basada en un fortalecimiento del mercado interno y no vía una devaluación que siempre es momentánea. El empresario argentino que invirtió quiere previsibilidad, con políticas de Estado que protejan la industria, con licencias no automáticas de importación, medidas antidumping y una fuerte administración del comercio exterior. Este es el camino que queremos seguir. De Macri no escuchamos nada de esto”, indicó Aguilar.
–¿Qué significaría para las industrias manufactureras una devaluación abrupta o una apertura irrestricta de las importaciones? –consultó este diario a Aguilar.
–Para el que fabrica carteras, una devaluación podría traerle un rédito económico a muy corto plazo. No existe la “clase consumidores”, existe la clase trabajadora que consume, que consume bienes que son fabricados en el país. Si tengo una cartera que viene de afuera, la industria nacional producirá menos y eso significa menor cantidad de empleados. Nuestra preocupación es cuando escuchamos a Melconian o Espert decir que la economía tiene que ser libre. Acá hay un proyecto de mercado, o un proyecto productivo donde están incluidas las pymes y los trabajadores.
–¿Fueron convocados por la Fundación Pensar (PRO) para debatir estos temas?
–Algunos sectores fueron convocados y se habló de comercio en general. Este es un país que les dio rango de ministerio a la industria y a la ciencia y tecnología. Que hayamos lanzado dos satélites es producto de una política de estado, que haya 760.000 pymes, de las cuales 220.000 fueron creadas en los últimos diez años, es una política de Estado. La palabra industria no es habitual en el discurso de Macri, obviamente no escuché todos sus discursos pero no es habitual. En la etapa que viene queremos seguir discutiendo la formación de precios desde otro lugar. Queremos ser competitivos más allá de la devaluación.
–¿Desde qué lugares quieren dar esa discusión?
–Con la nueva ley de abastecimiento, que fue criticada por el macrismo, lo interesante es que se puede estudiar toda la cadena de valor. Las pymes somos rehenes de quienes fabrican los insumos básicos, como el aluminio, el cemento o el cuero. Esta discusión la debemos profundizar –concluyó Aguilar. El diseño de políticas diferenciadas no sólo es materia para el sector agropecuario. Las pymes también reclaman leyes y normas que las defiendan de los grandes jugadores. Para Eduardo Fernández, presidente de Apyme, la confrontación con los sectores concentrados de la economía es ineludible para un proyecto económico que pretenda potenciar la industria nacional.
“Hemos visto cómo el brazo político de los grandes empresarios como AEA se pronunció estos días a favor de la ‘fiesta de la democracia’, pero creo que si hubiera ganado el Frente para la Victoria no sé si habrían dicho lo mismo. En boca de ellos es poco creíble, ya que son los mismos que se oponen a investigar las complicidades civiles y empresariales durante la última dictadura. Como a Macri, nos cuesta creerles”, analizó Fernández.
–¿Qué cambios deberían realizarse para seguir potenciando a la industria nacional?
–En base a lo ya logrado, queremos una mayor integración regional, un cambio en el sector financiero para que los bancos le presten al sector no solamente porque están obligados por el Banco Central. Queremos que el sistema financiero tenga una nueva ley. Queremos una reforma impositiva inclusiva para favorecer la generación de empleo. Me acuerdo cuando se discutió en el Congreso la nueva ley de abastecimiento y la diputada Bullrich nos preguntaba si queríamos que el Estado se meta con nuestras ganancias. Pretendemos un arbitraje del Estado para regular la rentabilidad de los sectores concentrados. Proteger a las pymes es defender el trabajo.
–¿Estas transformaciones las ven posibles con un eventual gobierno de Daniel Scioli?
–Sí. El reconocimiento a la necesidad de profundizar el desarrollo y la reivindicación del Estado nos permite pensar en este debate. Los empresarios, actores sindicales y dirigentes políticos tenemos que perfeccionar estos instrumentos y avanzar en la recuperación del mercado interno, en el ahorro nacional. Esto no lo vemos posible con Macri.
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