El gobierno de Colombia informó que dos soldados fueron secuestrados por la organización guerrillera Ejército de Liberación Nacional (ELN), en el mismo ataque en que resultaron muertos otros 12 uniformados. Por su parte, el comandante del Ejército, el general Alberto Mejía, afirmó “sin duda alguna” que el ataque fue ordenado por el máximo líder de la organización rebelde, Nicolás Rodríguez Bautista, alias Gabino, desde Venezuela.

Tras finalizar un consejo de seguridad extraordinario encabezado por el mandatario Juan Manuel Santos en la Casa de Nariño, sede del gobierno, y de la que también participaron los jefes de las fuerzas militares, Villegas responsabilizó al ELN por la integridad de los soldados secuestrados. “Los dos soldados que inicialmente se encontraban desaparecidos, fueron secuestrados por miembros del ELN”, afirmó. “El accionar de la guerrilla no fue solamente una operación militar, sino un acto terrorista”, aseguró el ministro. Villegas indicó que las fuerzas armadas mantendrán las operaciones contra la guerrilla del ELN. Además, destacó que en lo que va de este año, el ejército “neutralizaron” a 367 miembros de la organización rebelde, de los cuales 113 se desmovilizaron voluntariamente, 212 fueron capturados y 42 murieron en operaciones militares.

Por su parte, el comandante del ejército, general Alberto Mejía, informó que el ataque estuvo a cargo de los columnas de la organización guerrillera, Simacota y Los Tropos, que se desplazaron desde el departamento de Arauca, vecino a Boyacá. Según el relato oficial, los guerrilleros diseñaron “una zona de muerte” dentro del parque nacional natural Cocuy, en la que sembraron explosivos y prepararon el ataque con ametralladoras. En entrevistas con varias emisoras de radio, Mejía afirmó que los miembros del comando central del ELN, encabezados por su máximo líder se encuentran en Venezuela y desde allí ordenador el ataque. El líder militar agregó que el ELN –la segunda mayor organización guerrillera del país– tiene unos 3000 miembros en actividad y, “por razones obvias”, fuerte presencia en departamentos fronterizos con Venezuela, como Norte de Santander y Arauca.

Por su parte, dos funcionarios electorales cuyo paradero se desconocía ayer se reportaron a salvo. La delegada en Boyacá de la Registraduría, ente administrador de los procesos electorales, Elisabeth Monsalve, afirmó que tras la emboscada del ELN, los funcionarios no se pudieron mover y quedaron ocultos esperando. Los empleados se habían desplazado a la zona para instalar una mesa de votación en la que debía sufragar un centenar de personas el domingo. Los uniformados los custodiaban en ese lugar montañoso, en plena Sierra Nevada de El Cocuy, adonde llegaron después de pasar dos días caminando o a lomo de mula desde el casco urbano de Güicán.

“Las comunicaciones en el sector son supremamente difíciles. Ellos cuentan con su teléfono satelital pero no pudieron comunicarse hasta esta mañana”, relató Monsalve, quien detalló que los funcionarios serían trasladados hacia Güicán en un helicóptero del ejército.

Doce miembros de las fuerzas armadas murieron el lunes en un ataque del ELN en una zona rural del centro del país, mientras custodiaban los resultados de los comicios regionales y locales del domingo. El presidente colombiano deploró el ataque a través de un discurso televisado. “El ELN no ha entendido que este es el tiempo de la paz y no de la guerra. Si cree que con estos actos va a ganar espacio político o fortalecerse en una eventual negociación, está totalmente equivocado”, dijo. “He ordenado al ministro de Defensa y a las fuerzas armadas que redoblen los esfuerzos, que intensifiquen sus acciones militares contra esta organización”, enfatizó.

Por su parte, el fiscal general de Colombia, Eduardo Montealegre, consideró ayer en Washington que pueden existir “crímenes de guerra” en el ataque realizado por el ELN. “Constituye un crimen de guerra atacar contra personas protegidas, que no pertenecen al conflicto, en este caso un policía que murió y los civiles.” El procurador consideró también que sólo debe haber un modelo de justicia transicional para todos los insurgentes y que no puede haber uno para las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y otro para el ELN. “Además de censurar el ataque, quiero invitarlos a la sensatez, a que entiendan el clamor del país. Las elecciones muestran que el mensaje de los colombianos a los insurgentes es que todos queremos la paz”, añadió. “El camino de las armas y del alzamiento es un camino que América Latina abandonó hace muchas décadas, podemos decir sin equivocarnos que el ELN está en contra de la historia.” Sin embargo, Montealegre explicó que si la guerrilla comienza el desarme, podría entrar en los parámetros de la justicia transicional y beneficiarse de sanciones alternativas no privativas de la libertad.

El gobierno avanza desde enero de 2014 diálogos preliminares con el ELN para iniciar un proceso de paz formal, paralelo al que ya sostiene con las FARC, principal y más antiguo grupo rebelde del país, para poner fin a una conflagración interna que ha dejado unos 220.000 muertos y que ha involucrado a guerrillas, paramilitares y agentes del Estado. Pero las partes no pudieron acordar el inicio de los diálogos pese a reuniones consideradas como exitosas por el presidente de Ecuador, Rafael Correa, en cuyo territorio tuvieron lugar varios de estos encuentros.