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El gobierno de Chile anunció un plan de emergencia para hacer frente al paro de unos 2000 empleados de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), que desde el viernes mantiene aislada a dos regiones del país. El plan apunta a establecer “puentes aéreos” para desarrollar operativos humanitarios para la Isla de Pascua, cuyo abastecimiento general depende casi en su totalidad de los envíos aéreos.

El ministro de Defensa, José Antonio Gómez, dijo que el funcionamiento de la terminal aérea de la isla, ubicada en medio del océano Pacífico, es necesario por razones humanitarias. “Las cosas tienen un límite y no pueden los funcionarios tenernos cerrado el aeropuerto”, afirmó. “Aquí estamos hablando de niños, de personas enfermas, que no tienen absolutamente nada que ver con el problema que los funcionarios están planteando”.

Gómez aseguró que de las 80 personas que trabajan en el aeropuerto de la Isla de Pascua, sólo dos están en sus funciones. Debido a esto, ayer viajó un avión de la Fuerza Aérea chilena para resolver temas humanitarios. “En la madrugada del domingo partirá otra aeronave para llevar alimentos y pertrechos. Es un trabajo complejo e intenso, pero lo estamos realizando porque esta situación nos parece impresentable y no tiene ningún sentido ni racionalidad.”

Los trabajadores aeroportuarios determinaron el viernes extender la paralización indefinidamente al no conseguir respuesta satisfactoria de parte del gobierno a su demanda de mejoras previsionales. Pese al paro, sólo un 35 por ciento de las operaciones fueron canceladas. Sin embargo, los pasajeros ayer lucían abatidos por la espera y denunciaron que varios niños debieron pernoctar en el Aeropuerto Internacional de Santiago, la principal terminal aérea del país.