EL MUNDO › INVESTIDURA DEL SOCIALISTA MARAGALL EN CATALUÑA
El momento de las izquierdas
Por Francesc Valls *
Desde Barcelona
El candidato a la presidencia de la Generalitat de Cataluña, el socialista Pasqual Maragall, comenzó el lunes a escribir la primera página del pospujolismo. Lo hizo ante el pleno del Parlamento de Cataluña, que ayer lo invistió sucesor de Jordi Pujol. En su discurso ocupó lugar de preferencia la reforma del Estatuto, asunto sobre el que quiso despejar cualquier sombra de duda. Maragall afirmó que, en caso de bloqueo, “la ciudadanía de Cataluña será llamada a pronunciarse mediante el procedimiento de consulta general que se estime oportuno, siempre dentro de la legalidad, sobre el texto aprobado por el Parlamento catalán”.
En hora y media, el presidente in pectore desarrolló las grandes ideas fuerza del programa catalanista y de izquierdas pactado entre el Partido Socialista de Cataluña (PSC), Esquerra Republicana (ERC) e Iniciativa por Cataluña-Esquerra Unida y Alternativa (ICV-EUEUiA). Pero no desgranó el proyecto. Algunas fuentes afirman que con ello quiso permitir que fueran sus aliados –Josep Lluís Carod (ERC) y Joan Saura (ICV)– quienes lo detallaran. Prefirió centrarse en el futuro Estatuto catalán y en las relaciones Cataluña-España.
“El Estatuto que queremos es una libre declaración de interdependencia desde la libertad de decisión; debe ser la propuesta catalana para España, porque debe ir de acuerdo con una reforma constitucional que ya es inaplazable”, dijo Maragall. “Si Cataluña deja de provocar recelos y España deja de tener miedo de mirarse ella misma con libertad al espejo, si deja de temer a su riqueza y pluralidad, entonces seguro que saldremos adelante; pero si lo que impera es nuevamente la amenaza, el recelo, el resentimiento, la visión unitarista y rígida, entonces no iremos bien”, subrayó un Maragall que no dudó en emplear toda su firmeza al asegurar que no tolerará maniobras dilatorias en este reconocimiento: “Cataluña no se dejará embaucar más”.
Al margen del Estatuto, de la reforma de la Constitución para convertir el Senado en una Cámara de representación territorial, Maragall hizo hincapié en la reforma de la administración de Justicia con el fin de que el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña asuma las funciones de Tribunal de Casación para resolver, en última instancia, los recursos judiciales iniciados en el territorio de su jurisdicción. El presidente reiteró su vocación federalista y se preguntó por qué una comunidad autónoma no puede representar a España en la Unión Europea en aquellos asuntos en los que tenga competencia plena.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.