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Los candidatos a la presidencia y al Congreso de Perú cerraron anoche sus campañas para las elecciones del domingo, mientras el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) tenía pendiente de resolución un recurso extraordinario destinado a inhabilitar a la aspirante a la jefatura del Ejecutivo con mayor intención de voto, Keiko Fujimori. El JNE informó ayer que sus miembros votarán en un plazo máximo de tres días la decisión sobre el recurso que el legislador Heriberto Benítez presentó el lunes con el objeto de que Fujimori sea excluida de los comicios. Benítez imputa a Fujimori por su presencia en un concurso de baile, organizado por una institución cercana a su partido, en el que se otorgaron premios en dinero, pues la ley prohíbe a candidatos efectuar cualquier tipo de dádiva en actos de campaña.

La candidata del partido populista de derecha Fuerza Popular (FP) ya fue sobreseída en dos instancias por el Jurado Electoral Especial de Lima en cinco causas abiertas por el mismo motivo. Si pese a ese antecedente el JNE resolviera dejar fuera de carrera a Fujimori dos o tres días antes de los comicios, será probablemente la última -y también la mayor- de las muchas curiosidades que caracterizaron al proceso electoral. Fujimori encabeza holgadamente las preferencias para la primera vuelta (37,7 por ciento) y es la que tiene mayor “voto duro” (personas identificadas con ella, que la votarían en cualquier circunstancia, 30 por ciento), según las últimas encuestas divulgadas por las firmas Datum e Ipsos.

También arrastra una alta proporción de “antivoto” (ciudadanos que no la votarían por ningún motivo, 45 por ciento), dato que puede convertirse en un serio obstáculo para la segunda vuelta, tal como le sucedió hace cinco años frente al presidente Ollanta Humala. El “antivoto” por Fujimori quedó de manifiesto anteayer, cuando unas 50.000 personas, sólo en Lima, y otros varios miles en el resto del país y en el exterior –incluido Buenos Aires– salieron a las calles para recordar el autogolpe de Estado del 5 de abril de 1992.

Si bien el responsable de aquella maniobra fue el entonces presidente Alberto Fujimori –actualmente preso por delitos de lesa humanidad y corrupción– y Keiko aseguró que no utilizará poder político para beneficiar a un familiar, esas manifestaciones resultaron más actos de campaña contra ella que conmemoración de lo hecho hace 24 años por su padre. Por otra parte, si el JNE excluyera a Keiko Fujimori habrán quedado al margen de la primera vuelta más de la mitad de los 19 candidatos a presidente inscriptos originalmente.

De los nueve descartados hasta ahora, dos lo fueron por decisión del JNE –uno de ellos, Julio Guzmán, era el segundo con mayor intención de voto en el momento en que fue inhabilitado– y los otros siete, para evitar la pérdida de la personería política que la ley impone a los partidos que obtienen menos de cinco por ciento de los votos. Sin embargo, no todas esas bajas llegaron a ser registradas al momento de imprimirse la boleta única, que contiene a todos los candidatos, con la que se vota en Perú, que incluye a cuatro postulantes que ya renunciaron a la contienda. El JNE aclaró ayer que serán considerados nulos los votos a favor de candidatos que figuren en la boleta pero ya no participen de los comicios.