Los presidentes de Brasil y Uruguay, Michel Temer y Tabaré Vázquez, respectivamente, mantendrán un encuentro bilateral en Nueva York el marco de la Asamblea General de la ONU (que se desarrollará este mes) para tratar de superar la “inacción” del Mercosur, confirmó ayer el canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa.

“Efectivamente se va a realizar una reunión” entre los dos mandatarios, dijo el ministro a la prensa al término del Consejo de Ministros, al tiempo que indicó que las misiones de ambos países están ajustando el día y la hora a la que se va a llevar el encuentro. Cuando le preguntaron sobre si “la paralización actual del Mercosur” será una de las materias que tratarán ambos mandatarios, Nin Novoa afirmó que “sin duda ése es un tema que va a estar” sobre la mesa.

“Las cancillerías estamos tratando de trabajar para superar esta inacción que hay. Nuestro objetivo es salvar el Mercosur y estamos poniendo algunos mecanismos, como las reuniones de coordinadores de cada país, bajo la supervisión de los cancilleres, no para tomar resoluciones sino para determinar cursos de acción y sobre todas las cosas para mantener viva la agenda externa del Mercosur”, explicó el ministro uruguayo.

Nin Novoa destacó que la presidencia pro témpore de Uruguay estuvo orientada “al contacto con otros países o regiones para iniciar negociaciones de carácter comercial”. “Desde ese punto de vista, nosotros seguiremos con una agenda externa que lo que precisa no son resoluciones sino negociaciones para ver las materias que pueden entrar en los tratados, para ver cómo mejoramos el comercio en el Mercosur, que tiene muy poco comercio con otros países del mundo y la intención del Uruguay fue tratar de profundizar estos acuerdos”, explicó.

Respecto de las negociaciones entre la Unión Europea (UE) y cuatro de los cinco países del Mercosur (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay –Venezuela no participa por decisión propia–) para un acuerdo comercial, el canciller dijo que estaba prevista una reunión en Montevideo la semana pasada que no se pudo concretar. Explicó que el motivo fue por problemas en los vuelos y anunció que la siguiente reunión se va a realizar en octubre en Bruselas.

El bloque suramericano se encuentra sumido en una crisis por el traspaso de la presidencia pro témpore, que hasta el pasado 29 de julio ocupó Uruguay, que ese día anunció al resto de socios que finalizaba su mandato. Esa misma jornada, Venezuela, a quien por orden alfabético le correspondería tomar el relevo de la presidencia del Mercosur, comunicó que asumía el mando, pese a la oposición de Argentina, Brasil y Paraguay y sin que se llevara a cabo una instancia de traspaso, como la habitual cumbre de jefes de Estado del bloque.

Para superar esta crisis y acercar las posturas de los países que no reconocen la presidencia de Venezuela, el ministro uruguayo comentó que la apuesta de su cancillería es el “diálogo”.

El anuncio se produce luego de la emisión por parte del gobierno de Vázquez de un polémico comunicado tras la destitución de Dilma Rousseff de la Presidencia de Brasil la semana pasada, y la asunción de su vicepresidente Michel Temer hasta 2018.

El gobierno de Uruguay “considera una profunda injusticia” la destitución de Rousseff en Brasil, señaló la cancillería en un comunicado emitido el jueves, en el que no nombra al nuevo mandatario brasileño.

“Más allá de la legalidad invocada, el gobierno uruguayo considera una profunda injusticia dicha destitución”, señala la nota de la cancillería tras la salida del poder de Rousseff, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), tras un juicio político que culminó en su destitución por parte del Congreso el miércoles pasado.

Nin Novoa asistió la semana pasada a una comisión parlamentaria bicameral en la que expresó que su país reconoce al gobierno de Temer como legítimo, y este lunes puso énfasis en reiterarlo, tras duras críticas de la oposición al tenor del comunicado.

“El Uruguay reconoce el gobierno de Temer”, enfatizó Nin Novoa, y sostuvo que “el proceso (de juicio político) fue un proceso legal (...) pero el resultado del proceso fue un resultado injusto”, volvió a insistir.

El texto del comunicado y la postura ante lo ocurrido en Brasil provocaron divisiones dentro del gobernante Frente Amplio (izquierda), en donde algunos sectores afines al Partido de los Trabajadores calificaron de “golpe de Estado parlamentario” la destitución de Rousseff.