EL MUNDO
La Justicia también opina sobre el muro de Sharon
La Corte Suprema de Israel evalúa la legalidad del muro en Cisjordania que construye el gobierno de Sharon –a poco de que lo haga la Corte Internacional–. Se estudia modificar la ruta.
Por Eric Silver*
Desde Jerusalén
Israel está planeando cambiar la ruta de su muro de seguridad en Cisjordania, ante la crítica internacional y nacional de que está causando sufrimiento innecesario a unos 400.000 civiles palestinos. Los funcionarios en la oficina del primer ministro dijeron ayer: “Habrá que hacer ajustes. Podría ser que la valla pudiera haber sido planeada de manera diferente”. Pero los voceros tanto del ministro de Defensa como el canciller insistieron en que no se había tomado una decisión todavía sobre la longitud o la ubicación de la nueva ruta. La polémica surgió después de que la Suprema Corte dijera que podría emitir una orden temporaria restringiendo las futuras construcciones hasta que el gobierno explicara por qué no alteraría la ruta.
La Corte prestó oídos a una apelación de dos grupos de derechos humanos israelíes contra la intrusión del muro en tierras palestinas. Sus abogados dijeron que no tenían objeción a esa barrera siempre que se construyera sobre territorio israelí. El Centro para la Defensa del Individuo declaró que el muro era en realidad un “muro invasivo, sinuoso, que le quita derechos a la población civil palestina sin servir a ninguna necesidad militar legítima”. Añadieron que en realidad era una anexión de facto de territorio ocupado, que violaba la ley internacional. La Asociación de Derechos Civiles acusó al gobierno de Ariel Sharon de imponer un “régimen de permiso” discriminatorio contra los residentes palestinos y que “interrumpiría totalmente y destruiría sus vidas, al punto de desalojarlos de sus hogares”.
Michael Blass, un abogado que representa a Israel, respondió que el asunto sería tomado en cuenta y que la ruta “probablemente fuese corrida”. Reconoció que la vida de los palestinos no era fácil, pero sostuvo que tampoco era fácil para los israelíes que viajan en ómnibus y que comen en restaurantes que son atacados por los terroristas palestinos suicidas.
La Corte Internacional de Justicia debe comenzar las audiencias sobre el muro el 23 de febrero. Israel ha objetado su jurisdicción, declarando que la disputa israelí-palestina debe ser resuelta por medios políticos. Como parte de la campaña de propaganda “despiadada”, Israel está aerotransportando a La Haya el esqueleto de un ómnibus bombardeado en Jerusalén en el que murieron 11 israelíes. Hasta ahora, una cuarta parte de la planeada barrera de 700 kilómetros se ha completado. Rodea varias ciudades y pueblos palestinos, dividiendo a familias y cortando el paso de los residentes a chacras, empleos, escuelas y servicios sociales. La ruta fue corrida hacia el este para rodear asentamientos judíos.
La mayor parte de la barrera es un cerco de alambre, pero 8 kilómetros a lo largo de la frontera anterior a 1967 es un muro de concreto de 8 metros de altura. Israel sostiene que es una medida defensiva temporaria, pero el temor palestino es que señale una frontera permanente en el marco de trabajo del plan de “separación” de Sharon. Yasser Abed Rabo, un miembro de la Organización para la Liberación de Palestina, dijo ayer que estaban considerando declarar un Estado independiente como un paso unilateral propio, si Israel trataba de imponer una frontera.
Zalman Shoval, uno de los consejeros del premier, dijo que Israel podría reaccionar anexando la tierra en disputa. Sharon, que tiene 75 años, canceló todos sus compromisos ayer y se internó en el hospital para extirparse unos cálculos renales. Un vocero dijo que se lo esperaba de vuelta en el trabajo mañana, pero se especula que pueda posponer su visita a Washington, donde debía buscar apoyo político y financiero para la propuesta evacuación de los asentamientos judíos en Cisjordania.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère