EL MUNDO
Cuando Putin hace campaña dando un golpe contra su propio gobierno
A tres semanas de los comicios, el presidente ruso, Vladimir Putin, disolvió su gabinete sorpresivamente. La destitución de Mijail Kasyanov, vinculado a Boris Yeltsin, sería un indicio del “cambio en la dirección política” que quiere Putin.
Por Mary Dejevsky *
Desde Moscú
El presidente Putin asombró a sus amigos y enemigos por igual al disolver sumariamente su gobierno, a menos de tres semanas de las elecciones. En un anuncio televisado ayer al mediodía, dijo que quería mostrar la dirección que pretendía tomar durante su segundo período y nombró a uno de los salientes ex vice primeros ministros, Viktor Khristenko, como jefe del gobierno. Tanto el rublo como el mercado bursátil ruso cayeron abruptamente ante la noticia, que consternó al sector empresario en Rusia y en el exterior. El Ejecutivo quedó totalmente desorganizado. El destituido primer ministro Mijail Kasyanov canceló un viaje provincial planeado para hoy, pero una visita oficial posterior a Kazajstán, esta semana, todavía estaba en su agenda. Los ministros salientes no sabían si debían continuar con las visitas preelección o no.
La página oficial del gobierno ruso en internet colapsó, cuando los rusos corrieron a internet para saber lo que estaba sucediendo. Pero cuando las conexiones se reestablecieron, el viejo gobierno todavía estaba en el site y no había ningún anuncio sobre su disolución. Los medios rusos, tanto la televisión controlada por el Estado como las radios y websites independientes, estaban confundidos, sin saber qué hacer. La radio estatal armó sus boletines cada media hora anunciando la disolución del gobierno, pero no hizo comentarios e inmediatamente pasó a otros temas, tales como el menú Lenten en la cantina del Parlamento. Kasyanov fue uno de los últimos miembros de la administración de Putin en ser considerados como un aliado de su predecesor, Boris Yeltsin, y los llamados “oligarcas” que hicieron sus billones con la caída de la economía centralmente planificada de la Unión Soviética. Habiendo mantenido su empleo durante el otoño, sin embargo, cuando la presión oficial sobre los oligarcas culminó con el arresto de Mijail Jodorkovsky, jefe de la mayor empresa petrolera de Rusia, Yukos, se pensaba que la posición de Kasyanov era segura, por lo menos hasta después de las elecciones.
Algunos observadores hasta habían pronosticado que sería nombrado nuevamente primer ministro y podía él mismo ser un candidato para la presidencia dentro de cuatro años. Putin claramente tenía otras ideas. Esgrimiendo su autoridad, según el artículo 117 de la Constitución rusa, dijo que su decisión no se reflejaba en el desempeño del gobierno, que había sido generalmente “satisfactorio”. Más bien, señaló: “Esto está ligado a mi deseo de establecer mi posición sobre cuál va a ser el curso del país después del 14 de marzo de 2004”. Las elecciones están previstas para esa fecha.
Putin y Kasyanov no eran particularmente amigos y se sabía que habían tenido desacuerdos en temas como los impuestos, las hipotecas y otros elementos claves de la política económica. Sin embargo, Kasyanov era considerado un administrador altamente competente, y aquellos que tenían negocios con el gobierno sentían algún temor de que algunos de los reemplazos fueran menos eficientes. Al elegir a Khristenko, un ex profesor de Economía de los Urales, que tiene la misma edad que Kasyanov, Putin pasó por encima de los obvios reemplazos.
A medida que pasaba la sorpresa inicial, las reacciones en Moscú eran mezcladas. Algunos pronosticaban que la popularidad de Putin crecería, porque se consideraba que había demostrado un fuerte liderazgo al cortar uno de los últimos lazos con la era Yeltsin. Otros, sin embargo, eran más aprehensivos: para ellos el principal mérito de Putin es la estabilidad que aportó a Rusia durante los cuatro años que estuvo en el poder. No les gusta lo que parece ser su creciente apetito por las sorpresas, especialmente porque les recuerdan las actitudes caprichosas de Yeltsin.
Las palabras de la declaración televisada de Putin sugirieron que pretendía nombrar a un nuevo premier antes de las elecciones y usar el carácter general su nuevo gobierno para concitar interés en su campaña. Aunque hay cinco candidatos que se le oponen, su reelección es unaconclusión previsible y el principal riesgo de Putin es la apatía de los votantes. Un resultado de menos del 50 por ciento invalidaría la elección.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.Traducción: Celita Doyhambéhère.