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Berlusconi sugiere a Monti como sucesor de Tremonti

Tras la salida forzada del ministro de Economía de Italia, Giulio Tremonti –mano derecha del premier–, Silvio Berlusconi le pedirá que sustituya al comisario europeo, Mario Monti. Trata de poner fin a la crisis de su gobierno.

El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, trata de convencer al comisario europeo Mario Monti para que acepte la cartera de Economía, vacante tras la dimisión de Giulio Tremonti y capear así la crisis abierta en su gobierno. La dimisión de éste a última hora del viernes fue una primera señal concreta tras los desastrosos resultados para la coalición de centro-derecha en las recientes elecciones regionales y europeas.
La cabeza de Tremonti, conocido por sus poderes como el “superministro”, la pidió y la obtuvo la derechista Alianza Nacional (AN), del viceprimer ministro Gianfranco Fini, tras varias jornadas de ultimátum y amenazas de elecciones anticipadas. Alianza Nacional había hecho de la política económica, llena de flacos resultados y señalada con el dedo por Bruselas, el caballo de batalla del debate impulsado por Berlusconi tras sus derrotas en los recientes comicios. Al final la cuerda se rompió, paradójicamente, por un nudo, el del todopoderoso Tremonti, hombre de confianza del premier, al que ayudó decisivamente a regresar al poder en 2001 como artífice directo del decisivo pacto de Forza Italia con la Liga Norte.
Este fue el final del doble acto que Berlusconi antes había tenido éxito en vender al electorado la receta de un nuevo milagro económico. Tremonti dejó la oficina luego de tres años de una abatida economía entre 2002 y 2003, y aún en problemas –con Italia última en crecimiento de los siete países más industrializados–. La salida de Tremonti es el primer signo en el período posterior a las elecciones del pasado mes, en las que el partido del premier italiano, Forza Italia, cayó un 8 por ciento comparado con la elección de 2001. Luego, en la segunda vuelta en las regionales –el fin de semana pasado– el candidato de la provincia de Milán llevó a casa de Berlusconi la deuda con su propia ciudad, en donde hizo su primera fortuna y es dueño de su club de fútbol, AC Milán.
La dimensión de este cese parece haber aconsejado a Berlusconi la necesidad de cubrir rápidamente el hueco, sin abrir formalmente una crisis, que según la praxis política italiana conlleva la dimisión de todo el gobierno para poder formar luego uno nuevo. El nombre de Mario Monti, que ya rehusó en enero de 2002 entrar en el gabinete para sustituir a Renato Ruggiero al frente de Exteriores, cuenta con muchos beneplácitos, incluido el del presidente de la República, Carlo Azeglio Ciampi.
Su notoriedad es bien conocida y está contrastada ya desde sus tiempos de rector de la prestigiosa Universidad Bocconi de Milán, que precedieron a su nombramiento como comisario europeo en 1994, precisamente a propuesta del primer gobierno Berlusconi. “Supermario”, como se le conoce en Italia, cumple un lustro de permanencia en Bruselas, donde se ha ganado una gran reputación, afianzada desde 1999 como comisario de la Competencia.
Berlusconi tenía previsto mantener ayer mismo en Milán su primer encuentro con Monti, de 61 años, para sopesar las posibilidades de que acceda a convertirse en ministro de Economía y conocer de primera mano las condiciones que a ciencia cierta se sabe que podrá. En la presidencia del gobierno italiano se da por hecho su reclamo de que quede claro su perfil de técnico independiente, así como su demanda de garantías para una política de “rigor” que sitúe a Italia en la senda del Pacto de Estabilidad y del crecimiento similar al de los países de su entorno.
El jefe del Ejecutivo le mostrará el borrador del proyecto de ley para recortar entre 5500 y 7000 millones de euros los Presupuestos de este año, que en su calidad de ministro de Economía en funciones presentará hoy en Bruselas en la reunión del Ecofin. Fuentes comunitarias citadas en Roma por diversos medios aseguran que el compromiso de Berlusconi será suficiente para que no se concrete la advertencia por exceso de déficit que en su día le hizo la Comisión Europea a Italia, con un posterior plazo para rectificar, que se cumple precisamente hoy.
Diversos expertos que analizan la oferta hecha a Mario Monti siembran de dudas su hipotético futuro como titular de Economía, debido a los intereses electorales de los partidos de la alianza gubernamental y al empeño del primer ministro de bajar a toda costa los impuestos. En ese horizonte confluyen los conflictos vividos estas últimas semanas en el seno de la Casa de las Libertades que, por lo dicho por los propios protagonistas, han dejado abiertas muchas heridas difíciles de cicatrizar.

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La coalición de derechas sufrió un traspié electoral.
 
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