EL MUNDO › EE.UU. BOMBARDEO NAJAF Y PIDIO LA SALIDA DE CIVILES

La sagrada ciudad de la sangre

Por Donald Macintyre *
Desde Bagdad

Aviones norteamericanos comenzaron a bombardear posiciones insurgentes anoche en Najaf, mientras las tropas usaban los portavoces para urgir a los civiles a abandonar el área, luego del sexto día sucesivo de combate entre marines norteamericanos y chiítas armados. La batalla por el control de la ciudad sagrada chiíta se intensificó, luego de que helicópteros armados, artillería y tanques despejaron el cementerio de la ciudad –una tumba que sirve de guarida para los miembros de la milicia liderada por el clérigo Muqtada Sadr–. En Najaf, ahora el enclave de la insurgencia de más de 15 meses contra la presencia norteamericana, británica y de fuerzas extranjeras en Irak, varios testigos dijeron haber visto las volutas de humo cernirse sobre el cementerio y al Ejército de Mehdi atacar un puesto de control de la policía iraquí en la ciudad, matando e hiriendo a varios efectivos.
Algunos residentes dijeron que los llamamientos del portavoz a los civiles –además de las exhortaciones a los insurgentes de deponer sus armas y abandonar la zona de combate– eran los primeros de ese tipo y que temían que pudieran provocar un ataque masivo de las posiciones de la milicia. Un mensaje pidió a los residentes que cooperen con las fuerzas norteamericanas e iraquíes y agregó: “No habrá tregua o negociaciones con los terroristas”. Mientras los combates entraban en una nueva fase, el capitán Tony Haslam, oficial comandante de la Unidad Expedicionaria de Marines, exigió a los insurgentes a que desarmen sus posiciones alrededor y dentro del santuario del imán Alí, el sitio musulmán chiíta más sagrado de Irak, y que dejen de lanzar ataques sobre los 4000 efectivos entre las fuerzas norteamericanas e iraquíes en el área. Declaró: “No permitiremos que continúen profanando este lugar sagrado, usándolo como una base de operaciones de la insurgencia. No habrá ningún santuario para los malhechores y criminales en Najaf”. A pesar de que EE.UU. sostiene que ha matado a 360 insurgentes en Najaf desde que comenzó el combate el jueves, no hay cifras seguras sobre las bajas que dejó el intenso combate en la ciudad ayer. Pero el ministro iraquí de Salud dijo que nueve personas también habían muerto y 92 habían sido heridas en una reciente lucha, en el suburbio chiíta de la ciudad de Sadr, en Bagdad, así como también en las ciudades sureñas de Basora y Diwaniyah.
El ejército norteamericano dijo que una bomba al costado del camino, ayer a la mañana, que tenía como blanco a una escolta norteamericana, había explotado cerca de los hoteles en Bagdad, luego de una noche con una docena de proyectiles y ataques de morteros en la fuertemente fortificada “Zona Verde”, en la que se encuentran las embajadas de Gran Bretaña y Estados Unidos, y otros edificios oficiales. Los aviones norteamericanos sobrevolaban la ciudad de Sadr, y varios testigos informaron que las fuerzas norteamericanas lanzaron un misil en un área residencial, destruyendo una casa vacía, luego de que una patrulla norteamericana fuera atacada. Un colaborador de Sadr, Qais al-Khazali, declaró: “En Najaf, y en todos lados, ocurrirá una matanza masiva de norteamericanos y de funcionarios gubernamentales”.
Según las agencias de noticias, Irak pronto reanudará las exportaciones de petróleo, luego de que cerrara uno de dos de sus gasoductos en una de las terminales del sur, como medida de precaución ante los combates de la región. Fue reparado un daño relativamente menor en un gasoducto más extenso que había sido cerrado luego de ser atacado ayer, y podría operar normalmente hoy según un funcionario de South Oil. La clausura del gasoducto provocó un aumento dramático de los precios del petróleo ayer.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.

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