EL MUNDO › DE VUELTA DEL LIBANO Y SIRIA, POWELL SE REUNE OTRA VEZ CON ARAFAT
El eterno retorno del pato criollo de EE.UU.
Por Ewen MacAskill *
Desde Londres
El secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, tiene agendado reunirse hoy, nuevamente, con el líder palestino Yasser Arafat, en un último intento por evitar que su misión en Medio Oriente termine en un fiasco. Powell, que regresó anoche a Israel después de una rápida visita al Líbano y Siria, aceptó un plan propuesto el domingo por el premier israelí Ariel Sharon, para una conferencia de paz regional. Añadió una fórmula para salvar las apariencias, para pasar por alto la insistencia de Israel de que la conferencia sólo puede llevarse adelante con la ausencia de Arafat, una condición que es inaceptable para los palestinos y los estados árabes.
Aunque los diplomáticos de la ONU y de la Unión Europea ayer trataron al plan con escepticismo, Powell se aferró a la propuesta, en parte por la falta de movimientos diplomáticos en otro lado. Dijo: “Debemos movernos rápidamente en una senda política y hay muchas maneras de hacer eso, y una es una conferencia regional o internacional”. Será difícil realizar la conferencia mientras las fuerzas israelíes permanezcan en las ciudades palestinas. La idea de la conferencia parecía haber abortado el domingo cuando Sharon insistió en que Arafat no estuviera presente. El secretario de Estado, en un intento de evitar esto, sugirió que la conferencia tuviera lugar a nivel ministerial, en cuyo caso ni Sharon ni Arafat serían participantes. “Su presencia no es necesaria para comenzar”, dijo Powell del líder palestino. Un funcionario de la Cancillería israelí en Jerusalén dijo anoche que el secretario de estado norteamericano también podría ver a Sharon hoy.
La reacción de algunos países europeos fue tratar al plan con cautela. El canciller británico, Jack Straw, dijo que aplaudía cualquier idea que pudiera conducir al progreso, pero un vocero de la Cancillería británica dijo: “Arafat, que sigue siendo para los palestinos el líder con el que todos deben tratar, no debe ser dejado afuera”. Habiendo progresado poco en la conversaciones del fin de semana con Sharon y con Arafat, Powell pasó la mayor parte del día de ayer en el Líbano y Siria, donde instó a sus líderes a reprimir la guerrilla pro iraní Hezbolá que ha estado disparando desde la frontera del Líbano y comprometiendo a las fuerzas israelíes en la disputada región de las granjas de Shebaa.
“Hay un peligro real en la situación a lo largo de la frontera que amplia el conflicto en la región”, advirtió después de la conversación con el presidente del Líbano, Emile Lahoud. Miles de libaneses y palestinos manifestaron cerca del aeropuerto de Beirut cuando llegó Powell. Aunque ni el Líbano ni Siria quieren verse envueltos en una guerra con Israel, el gobierno libanés tiene poco control sobre Hezbolá, que está apoyado principalmente por Siria e Irán. El Líbano se acaba de recuperar de su prolongada guerra civil y Siria está tratando desesperadamente de modernizarse después de años de deterioro económico. Después de la partida de Powell, Hezbolá emitió una declaración comprometiéndose a seguir con sus ataques. “La resistencia islámica seguirá con su deber de liberar el resto de las tierras ocupadas en el Líbano”, decía la declaración.
* De The Guardian de Gran Bretaña, especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère