EL PAíS › EL MINISTRO DE TRABAJO SE REUNIO CON EL DELEGADO DEL FMI
El “New Deal” de Alfredo Atanasof
El seguro de desempleo fue presentado a Anoop Singh como “una estrategia al estilo del New Deal”. El indio se limitó a mirar, mudo, a Atanasof, quien dijo que necesitaba 1400 millones de pesos anuales.
Por Fernando Cibeira
“Señor Singh, pensamos esta estrategia al estilo del New Deal de Roosevelt.” El ministro de Trabajo, Alfredo Atanasof, no ahorró en comparaciones para graficarle al enviado del FMI la importancia del seguro de desempleo puesto en marcha por el Gobierno días atrás. Anoop Singh le aseguró que el Fondo está dispuesto a ayudar a la Argentina en planes sociales, aunque, fiel a su estilo parco, no dijo mucho más. Atanasof le detalló que eliminar la indigencia le demandaría al país 1400 millones de pesos anuales, y la pobreza otros 9400 millones adicionales. El indio, mudo.
A esta altura, Singh más que a Peter Sellers se parece al perrito Droopy, porque está en todos lados. No pasa un día sin que alguna oficina pública no tenga al delegado del Fondo participando de una reunión. Ayer no más estuvo con banqueros, con Jorge Remes Lenicov y Atanasof. Hoy verá también al ministro de Interior, Rodolfo Gabrielli, con quien ya estuvo.
En un verdadero desafío a la dinámica de cualquier reunión –peor todavía si debe pasar por el filtro de una traducción al inglés–, Atanasof lo esperó a Singh con un texto de cinco páginas que luego leyó. “La Argentina es un país que presenta algunas particularidades originales...”, comenzó el ministro con una frase que no debe haber despeinado al indio. Atanasof dedicó la primera parte de su exposición a explicar el proceso que llevó a la Argentina al default y terminar con la convertibilidad para luego pasar a la grave situación social de la que el Gobierno espera salir con “una alianza de la producción y el trabajo”.
“Para un país como éste, con una tasa de desempleo del 20 por ciento, con altos índices de subempleo y trabajo en negro, afecta directamente a la lógica misma del sistema económico e impactan sobre el funcionamiento del sistema político institucional”, leyó Atanasof y escuchó, traducción mediante, Singh. El ministro incluso habló de los paros generales de la CGT, a los que calificó como “la particular expresión de protesta sindical argentina”. Recordó que a De la Rúa le hicieron nueve paros en dos años y a Menem ocho en una década.
Después del encuentro el ministro dijo que Singh le dijo que “el FMI está dispuesto a ayudar a la Argentina en materia de planes sociales”. Y que no puso condiciones al envío de esa ayuda. “La comunidad internacional debe tomar debida cuenta de la situación en que se encuentra la Argentina desde el punto de vista social y como consecuencia debe ayudar al país para que rápidamente pueda salir de este proceso de deterioro”, pidió.
El Gobierno puso en marcha hace dos semanas un subsidio de 150 pesos para jefes y jefas de hogar desocupados con hijos menores de 18 años. La asistencia tiene presupuesto asegurado para los próximos meses pero yendo un poco más allá –y más en la idea de Trabajo de ampliar ese subsidio hasta llegar a los 2 millones de beneficiarios– el financiamiento entra en una nebulosa: hay quienes dice que se solventará con las retenciones a las exportaciones y otros que no se sabe. Pero la esperanza del Gobierno está puesta en que el BID y el Banco Mundial destraben una ayuda de 2.000 millones para planes sociales ya acordada pero que estaría supeditada a un arreglo macro con el Fondo.
Atanasof adelantó que espera que esta semana una delegación del Banco Mundial llegue al país para analizar cómo respaldar el nuevo subsidio. “Recibir entre 300 y 350 millones de dólares, sería una ayuda óptima”, recalculó el ministro en base al peso devaluado. Por si quedaban dudas de la ansiedad con que se esperan esos fondos, durante la reunión con Singh Atanasof remarcó que “es imposible llevar adelante este esfuerzo de reestructurar el mercado de trabajo en la Argentina sin el apoyo efectivo del FMI, el Banco Mundial, el BID y otras instituciones internacionales”. El indio, una vez más, mudo.