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Carlos Menem iniciará una fuerte avanzada judicial para mejorar su situación procesal. El primer paso se dará esta misma semana con la presentación de un recurso extraordinario ante la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Penal Económico. Se trata del tribunal que anuló la falta de mérito del ex presidente, colocándolo nuevamente en condición de sospechoso en la causa que investiga el contrabando de material bélico. Si se hace lugar al recurso deberá resolver la Corte Suprema.
Menem planteará su objeción al fallo de la Sala B de la Cámara al entender que carece de jurisdicción para expedirse sobre el tema. Insiste que antes debía haber existido alguna apelación, algo que nunca ocurrió.
La estrategia judicial fue largamente discutida en la noche del domingo, durante una cena que reunió al equipo de abogados del ex presidente.
Los asesores legales esperan que su presentación termine en la Corte Suprema de Justicia. A pesar de los tironeos con el Gobierno, allí aún se encuentra la denominada “mayoría automática” que le ha sido fiel en la última década y que dispuso su libertad el año pasado en el caso armas.
En la residencia del gobernador Angel Maza, en La Rioja Capital, Oscar Salvi, Martín Menem y Alejandro Novak tiraron sobre la mesa distintas alternativas para enfrentar la nueva y complicada situación de su cliente.
Oscar Roger estuvo ausente con aviso. En cambio, Rodolfo Barra, tal como anticipó Página/12, fue el invitado de lujo.
“Como ministro de Justicia fui su asesor legal. Ahora mantengo ese papel y voy a estar junto a Menem cada vez que me necesite”, explicó, verticalista, sobre el rol que desarrollará de ahora en más. Su presencia no es un dato menor: hará valer sus reconocidas “influencias” en la Justicia y sobre todo en la Corte que integró en la época de oro del menemismo.
La mayoría de los presentes prefirió no disparar contra Julio Speroni, el juez a cargo de la causa de contrabando. Barra, en cambio, fue duro al criticar el fallo donde el magistrado justificó el arresto de Domingo Cavallo. “Si Speroni cree que Cavallo hizo una maniobra en complicidad con Menem para contrabandear quizás no hubiera un delito de contrabando sino de malversación de caudales públicos. Pero ni siquiera eso dice Speroni”, evaluó en voz alta.
Entre bocado y bocado, la mayoría de los presentes le dedicó algún párrafo a Roberto Hornos, Carlos Pizzatelli y Marcos Grabivker, el trío de camaristas que desvela a Menem tras el fallo de la última semana.
El ex presidente, de pantalón y remera sport, escuchó atento pero obvió hacer algún comentario.
“Ante los ataques de orden político, vamos a responder jurídicamente. La pelea recién empieza y vamos a ir por todos pero por la vía que corresponde”, señaló a este diario uno de los comensales, insistiendo con la idea de la victimización.
Aún así, todos y cada uno de los presentes salieron a desmentir la posibilidad de una fuga. Y reprodujeron una frase que supuestamente dijo Menem esa noche. “Están absolutamente locos: yo de la Argentina no me voy, voy a afrontar todas las consecuencias”, habría dicho enojado cuando le comentaron algunos artículos referidos al tema. Y –aseguran– agregó, enigmático: “Yo confío en la Justicia, pero no en algunos jueces”.
En la mesa, como se ve, no había lenguaje acartonado. Mucho menos folios y expedientes. Lo único divisible eran los platos de berenjenas y de arroz con pollo, bien rociado con vino de la casa.
El toque familiar lo terminó dando su mujer, Cecilia Bolocco, su hermano Eduardo y su sobrino Adrián, quien se integró a la reunión acompañado de su pequeña hija Alexia, con quien todos los Menem se regodearon.
No fue la única distracción. Cada tanto, el ex presidente pispeaba el final del partido de River y también los canales de noticias que ofrecían la cobertura del fracasado golpe de Estado en Venezuela. –Es insólito –llegó a decir Menem más de una vez. No hablaba del triunfo millonario sobre Colón, claro, sino de la vuelta de Hugo Chávez a la presidencia de su país.