EL MUNDO › DIJO QUE NO PUEDE AUTENTICAR LOS MEMOS SOBRE BUSH

Mea culpa de la cadena CBS

Por José Manuel Calvo *
Desde Washington

La bomba informativa contra Bush resultó ser un disparo en el pie de la credibilidad de la cadena de televisión CBS y de su principal figura de los informativos, el veterano Dan Rather. La CBS admitió ayer que fue engañada por los documentos que deberían haber probado que Bush fue expulsado de la Guardia Nacional de Texas por negarse a pasar un reconocimiento médico y que su superior recibió presiones políticas para darle un trato de favor. “Basados en lo que ahora sabemos, no podemos probar que los documentos eran auténticos”, reconoció ayer la CBS, que hace dos semanas, en su programa estrella, 60 minutos, aseguró poder demostrar las acusaciones gracias a unos informes que mostró en pantalla: “No deberíamos haberlos utilizado. Fue un error que lamentamos profundamente”.
Los documentos eran cuatro informes firmados por el ya fallecido teniente coronel Jerry Killian, en los que se decía que recibía presiones para maquillar la hoja de servicios del joven Bush y que el entonces piloto había sido relevado del servicio por no pasar un examen médico. Horas después de la emisión del programa se desencadenaron las dudas sobre la autenticidad de los papeles, por la terminología militar empleada y por el tipo de escritura. Ayer, reconociendo el golpe a la credibilidad de la CBS y a su prestigio personal, Dan Rather pidió perdón por el “error de juicio” y dijo que habían sido engañados por su fuente. La fuente era Bill Burkett, un antiguo miembro de la Guardia Nacional de Texas, activo militante del Partido Demócrata, que reconoció haber fabricado los informes y engañó a una productora del canal, que no exigió originales.
“No deberíamos haberlos utilizado”, declaró Andrew Heyward, presidente de CBS News. El canal pidió una investigación independiente sobre el incidente, que según algunos analistas podría costarle el trabajo a Rather, de 72 años. En una declaración, Rather dijo que fue un error no intencionado, intentando llevar a cabo la tradición informativa de la CBS “sin temor ni favoritismo”. Sin embargo, luego se supo que el canal había utilizado los documentos a pesar de que sus expertos habían advertido que eran sospechosos.
Todo esto podría beneficiar a Bush al redirigir el debate hacia los medios de comunicación. El Partido Demócrata aseguró que más allá de la polémica sobre la autenticidad de los documentos el presidente ha seguido “mintiendo al pueblo estadounidense al respecto”. El presidente del Partido Demócrata, Terry McAuliffe declaró en un comunicado: “Sabemos que George Bush era un hijito de papá, un privilegiado, que se niega a admitir que empleó sus relaciones para evitar cumplir sus obligaciones”. Por su parte, el portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, afirmó que tras el incidente “hay muchos interrogantes serios que deben resolverse” y apuntó a una posible responsabilidad por parte de los demócratas.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.

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