EL MUNDO
Una inculpación molesta
La decisión británica de inculpar al imán radical Abu Hamza por 16 delitos constituye un revés para Estados Unidos, que desde hace meses se esfuerza por obtener la extradición de quien considera como uno de los jefes espirituales del terrorismo. El caso del imán, tuerto y con un garfio en una mano y un muñón en la otra, secuelas de heridas sufridas en Afganistán durante la guerra a la invasión de la ex Unión Soviética en los 80, es un tema muy sensible a nivel político, ya que Abu Hamza no había dudado en calificar a George W. Bush como el “Gengis Khan de este siglo”.