EL MUNDO › BUSH ELIGIO A UNA ALIADA PERSONAL PARA SECRETARIO DE ESTADO
Una mujer dura de cara al mundo
George Bush nominó a Condoleezza Rice, actual asesora de seguridad nacional, que forma parte de los halcones, para ocupar la jefatura en la cancillería (que dejó vacante Colin Powell). Dimitió ayer la mano derecha de éste, Richard Armitage.
Por Rupert Cornwell*
Desde Washington
Una nueva era de intransigencia con una línea más dura en la política exterior norteamericana se vislumbró ayer cuando el presidente Bush nominó a Condoleezza Rice como su nueva secretaria de Estado y promovió a su ex asesor, Stephen Hadley, como el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. Con Rice, “El mundo verá la fuerza, la buena voluntad y decencia de nuestro país”, dijo Bush de su amiga de confianza y consejera, quien, de ser confirmada, será la secretaria de Estado número 67 y la primera mujer de color en tener el cargo.
En su discurso, Rice prometió llevar adelante la agenda de la política exterior del presidente, en particular, seguir con la guerra contra el terrorismo y la consecución de un acuerdo de paz en el Medio Oriente, que ha adquirido más ímpetu desde la muerte de Yasser Arafat. Los primeros signos muestran que si bien Rice puede llegar a tener ciertos cuestionamientos por su asesoría a favor de la invasión de 2003 en Irak, por otro lado será confirmada cómodamente por el Senado, donde los republicanos tiene una mayoría de 55 a 45 escaños en el nuevo Congreso. En el Congreso, la nominada podría encontrar “vigorosas críticas”, dijo el senador demócrata Ron Wyden de Oregon, expresando el punto de vista general de su partido, pero “merece el beneficio de la duda”. Bush también confirmó ayer que Hadley, otro halcón de la política exterior (ver aparte), que será su nuevo consejero de Seguridad Nacional.
Rice es el segundo miembro clave del gabinete de Bush en ganar un puesto de envergadura en el gobierno desde la reelección del presidente hace 15 días. A sólo unos días de esa victoria, Bush nominó a Alberto Gonzales, su asesor jurídico en la Casa Blanca, para reemplazar a John Ashcroft como secretario de Justicia.
Como en ese caso, el efecto dominó del viraje que Rice le dé al Departamento de Estado reforzará el control que la Casa Blanca tiene sobre el curso de su política. En su calidad de cercana aliada profesional y personal del presidente, Rice tendrá menos paciencia que Colin Powell con algunas de las tendencias pacifistas de su departamento. Sus propias políticas también son más duras que las de su predecesor, como evidenciaron sus comentarios sobre sus tres principales oponentes europeos ante las secuelas de la guerra de Irak. La política norteamericana, fue citada Rice, debería “castigar a Francia, ignorar a Alemania y perdonar a Rusia”. Anoche, se incrementó su libertad de acción al renunciar el asesor del secretario de Estado, Richard Armitage, el confidente y alter ego de Powell.
Ayer Rice salió a tranquilizar a su nuevo personal y a apaciguar los temores de que se esté preparando una purga de demócratas. Rice expresó su “mayor admiración y respeto” por “la habilidad, profesionalismo y dedicación” en el servicio diplomático. La salida de Armitage le da a Rice la oportunidad de formar su propio equipo, y sobre todo la atención se centra en su nuevo asesor. Entre los candidatos más nombrados para reemplazar a Armitage está John Bolton, un reputado halcón que participó en Irán y Corea del Norte y un crítico feroz de las Naciones Unidas. La designación de Bolton, actualmente secretario de seguridad internacional, sería una clara señal de que la política internacional de EE.UU. se inclina hacia la derecha en el segundo período de gobierno de Bush. También aumentaría las tensiones entre Washington y sus aliados tradicionales como Alemania y Francia.
Por otro lado, ayer crecían las especulaciones de que Tom Ridge, secretario de Seguridad Interior, también renunciaría. De este modo, los únicos que quedarían en el gobierno de Bush del equipo de seguridad nacional anterior a las elecciones serían Donald Rumsfeld y su asesor en el Pentágono, Paul Wolfowitz.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Alicia B. Nieva.