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El presidente cubano, Fidel Castro, termina el año con el anuncio de algunas buenas noticias económicas, entre ellas la llegada de multimillonarias inversiones extranjeras para desarrollar la industria del níquel y, sobre todo, el descubrimiento de un nuevo yacimiento de petróleo en la costa norte próxima a La Habana, con unas “reservas extraíbles” de 100 millones de barriles de crudo semipesado.
Según expertos consultados, este hallazgo, realizado por la empresa canadiense Sherritt-Peberco, podría garantizar la autosuficiencia energética de la isla a mediano plazo y animar a otras compañías petroleras a continuar las exploraciones en Cuba. Castro dio la buena nueva el día de Navidad, durante la última sesión ordinaria del Parlamento, que se reunió en La Habana los días 24 y 25 de diciembre para aprobar el presupuesto estatal para el año venidero. Anunció el descubrimiento de la Sherritt-Peberco: el 14 de diciembre, dijo Castro, se inició el ensayo en el primer pozo exploratorio, situado en la zona de Santa Cruz del Norte, a 55 kilómetros de La Habana. Los resultados, afirmó, son prometedores. El pozo Santa Cruz 100 produjo “entre el 14 y el 19 de diciembre 1000 toneladas de crudo de 18 grados API, con muy poca agua, buena presión de producción y un contenido de azufre inferior al 5%”. Se trata, consideró Castro, del primer descubrimiento de un yacimiento de petróleo desde 1999, y los análisis arrojan que el crudo es de mejor calidad que el hallado hasta ahora en la zona.
Se ubica en la denominada Franja Norte Cubana de Crudos Pesados, un área de 200 kilómetros de largo y entre 10 y 20 kilómetros de ancho, que se encuentra en explotación desde hace años. Según datos del Ministerio de Industria Básica, sus reservas probadas son de 100 millones de toneladas; pero es un crudo de baja calidad, a pesar de lo cual se emplea en la isla en la producción de electricidad. El presidente cubano afirmó que, según estimaciones preliminares, “las reservas extraíbles” del nuevo yacimiento son de 100 millones de barriles de petróleo, aproximadamente 14 millones de toneladas, y su mejor calidad permite que sea “refinado, en mezcla con crudos más ligeros”.

* De El País de Madrid. Especial para Página/12.