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La ministra brasileña de Medio Ambiente, Marina Silva, pidió a la Policía Federal y a la Secretaría de Seguridad Pública el esclarecimiento del asesinato del ambientalista Dionísio Ribeiro Filho, el segundo asesinado por orden de latifundistas después del asesinato de la misionera estadounidense Dorothy Stang el 12 de febrero pasado.
Filho, un ambientalista que actuaba contra cazadores y explotadores ilegales de palmitos en la Reserva Ecológica de Tinguá, Río de Janeiro, fue asesinado el martes de un tiro en la nuca, diez días después del asesinato de la monja Dorothy, también ambientalista y solidaria con los campesinos sin tierra. El diputado del PT Carlos Minc dijo que “fue amenazado por cazadores, palmiteros e individuos que se mueven en la especulación inmobiliaria en la región de Tinguá”.
La Secretaría de Seguridad Pública de Río de Janeiro dijo que la investigación del caso será prioritaria. Integrantes de movimientos sociales pidieron la presencia por más tiempo del Ejército y de la Policía Federal.
Anteayer, la policía brasileña detuvo a los dos autores materiales del asesinato de Stang y encontró el arma en la propiedad de un latifundista sospechoso de ser el autor intelectual, con lo cual declaró resuelto el caso que causó conmoción en Brasil.