EL MUNDO › AL MENOS 50 RESULTARON HERIDOS
POR EL ESTALLIDO DE UN COCHE-BOMBA
Cuando ETA deja el diálogo herido
El ataque de la organización separatista vasca sucede tras la aprobación de una resolución en favor de un diálogo sin armas.
Por Jorge A. Rodríguez *
Desde Madrid
ETA hizo estallar ayer un coche-bomba en Madrid, el segundo en lo que va de año y el primero desde que el Congreso aprobó la resolución que autoriza al gobierno a hablar con la banda si ésta deja las armas. La explosión causó más de 50 heridos leves. Los expertos antiterroristas interpretan el atentado como una demostración de fuerza de ETA, de que, a pesar de los golpes policiales, conserva capacidad para atentar donde y cuando quiera. El jefe de Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, afirmó que “los terroristas saben que la única posibilidad de que su voz sea escuchada pasa por el abandono definitivo de la violencia”.
La organización terrorista vasca no realiza ningún ataque fatal desde hace casi dos años, en lo que algunos analistas han interpretado como un cese al fuego informal. Zapatero continúa defendiendo la iniciativa para el diálogo: “Algo es seguro, no conocemos el plazo pero sí conocemos el final. La democracia prevalecerá y la paz se impondrá en el País Vasco y en España, pero para eso es esencial que estemos todos juntos como desea el gobierno”, enfatizó durante la sesión de control al gobierno en el Congreso de los Diputados.
El vehículo, cargado con entre 18 y 20 kilos de cloratita, estalló a las 9.31, a los 46 minutos de que una comunicación anónima avisara a las oficinas del diario Gara en San Sebastián de que había una bomba dentro de una furgoneta Renault Express estacionada en la calle de Rufino González, a la altura del número 502 de la calle de Alcalá. Se precisó también su matrícula y se advirtió que la bomba iba a estallar a las 9.30. Los servicios de emergencia y los diferentes cuerpos policiales partieron inmediatamente para intentar desalojar y acordonar la zona. El coche estaba estacionado en la calle lateral del edificio Aragón. Los primeros agentes que llegaron a la zona pudieron mirar en el interior de la furgoneta y vieron que en la parte trasera había una mochila. Inmediatamente comenzaron a desalojar la zona, pero no pudieron sacar del edificio Aragón a todos los trabajadores, unos 300 a esa hora.
El estallido se produjo a las 9.31. “Yo estaba subiendo unas escaleras cuando de pronto el estallido reventó todos los cristales y me tiró al suelo. Ha sido increíble”, comentó uno de los heridos con un impacto de cristal en la ceja izquierda y numerosos cortes en los brazos. “Estábamos en el bar, donde había nueve madres de niños del colegio Marqués de Suanzes, cuando llegaron corriendo unos policías que nos gritaban ‘métanse dentro, venga, de prisa,” relató Emilio Yuste, dueño del bar La Yedra, de la calle de enfrente. “Cuando iba a cerrar la puerta, se produjo la explosión, muy fuerte’”, agregó. Apenas había dado tiempo a desalojar y acordonar, no hubo tiempo de cerrar la salida del metro.
Inicialmente resultaron heridas cuatro personas, entre ellas un vigilante de seguridad, de nacionalidad ecuatoriana, del edificio Aragón, que recibió el impacto de una esquirla en el cuero cabelludo y sufrió lesiones en el pecho. No obstante, los servicios de emergencia del Samur atendieron a 50 personas, la mayoría de ellas trabajadores de empresas cercanas con rotura o afectación de tímpanos o viandantes que tropezaron y se cayeron durante su huida de la zona. “Me di un susto tremendo. Yo soy teleoperadora de GSS y me duele muchísimo el oído izquierdo, en el que no llevaba el casco del teléfono”, comentaba con suave acento sureño una empleada que no quiso dar su nombre. Las investigaciones han permitido determinar que el coche, irreconocible tras la fuerte explosión, había sido robado la noche anterior en la localidad madrileña de San Lorenzo de El Escorial. Testigos aseguraron que el coche fue estacionado, entre las 7 y las 7.30 de la mañana de ayer, por dos personas de aspecto joven, que se marcharon de la zona en otro vehículo. Los investigadores están convencidos de que el atentado es un mensaje de fuerza de ETA, cometido por un comando que llegó, atentó y se marchó.
* De El País de Madrid. Especial para Página/12.