EL MUNDO
“Esos militares sólo se representan a sí mismos”
En esta entrevista, el analista militar Juan Ramón Quintana advierte sobre la ausencia de anclaje institucional de los dos tenientes coroneles que ayer hicieron la polémica proclama.
Por P. S.
Desde La Paz
Los oficiales que ayer emitieron una proclama que llama al derrocamiento de Carlos Mesa y a la conformación de un gobierno nacionalista cívico-militar “no representan más que a sí mismos”, dice Juan Ramón Quintana, director del Observatorio sobre Democracia y Seguridad. En esta entrevista concedida a Página/12, el ex militar y sociólogo brinda algunos elementos de análisis sobre la compleja situación que vive Bolivia, atravesada por diversos rumores de “ruidos de sables” promovidos desde espectros ideológicos opuestos.
–¿Quiénes son los militares que hoy (por ayer) salieron a promover una alianza cívico-militar para derrocar a Mesa?
–Lo que manejo es información oficial. El teniente coronel Julio Herrera egresó del colegio militar en 1979 en el arma infantería, fue sometido a varios sumarios disciplinarios y hoy en día estábajo proceso en el tribunal de justicia militar. Ha sido juzgado por el presunto intento de homicidio contra su esposa, por robo de armas en 1987 y por asaltar con esa misma arma a un cajero militar. En el caso de Julio César Galindo, se trata de un oficial que egresó en 1982, en el arma caballería, también es un oficial con innumerables sanciones disciplinarias. Incluso informes del ejército señalan que egresó del colegio militar en condiciones anormales, dado su bajísimo rendimiento académico. En su destino en la Corporación de Seguro Social Militar fue sometido a un proceso por tráfico de influencias y por la manipulación de las carteras de créditos, extorsionando a los oficiales más necesitados, a quienes les cobraba un porcentaje de “comisión” para “agilizar “ el acceso a los créditos.
–¿Tienen realmente representatividad entre los sectores medios y bajos de las FF.AA.?
–En absoluto. No tienen ningún tipo de anclaje institucional, no representan más que a sí mismos. Se trata de una estrategia de supervivencia institucional aprovechando esta crisis que vive el país, ya que están en sus últimos días de su permanencia en las Fuerzas Armadas.
–¿Cómo ve el papel del líder de la COB, que ha llamado a los “militares patriotas”, en este contexto?
–Solares tiene una trayectoria política extremadamente confusa, se lo acusa de haber sido paramilitar... Yo diría que tiene una alta sensibilidad para aproximarse a militares y policías.
–Al margen de estos dos oficiales, ¿hay en las FF.AA. una corriente con simpatía por posiciones nacionalistas?
–Sí, en el ejército hay una reserva nacionalista, pero democrática. Yo diría que la tradición nacionalista de las Fuerzas Armadas fue adelgazando debido, entre otros factores, a la influencia norteamericana en materia de seguridad, a su papel en la lucha contra el narcotráfico, a su manipulación por el sistema político. Todo esto fue eclipsando esta tradición del nacionalismo militar boliviano originada en la guerra del Chaco –representada por Busch, Villarroel, Fuentes, Ovando, Torres–, debilitándose especialmente en los últimos 20 años. Lo que hoy día estamos viendo es una crisis de identidad de las FF.AA. con la nación, y por eso es que se apela al nacionalismo como un discurso ideológico, pero no como una práctica. El nacionalismo se disolvió a partir de la subordinación clientelar al sistema político.
–También se habla de un golpe de derecha a partir de Hormando Vaca Díez. ¿Usted ve alguna posibilidad?
–El clientelismo y el prebendarismo sostuvieron una lealtad pragmática de las FF.AA. hacia el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, que lo convirtieron casi en un gobierno cívico-militar. Aun hay miembros de las FF.AA. que se adhieren a ese modelo. Pero creo que la posibilidad de articular a los militares con Vaca Díez está cancelada. Básicamente porque el presidente del Congreso resume la política como administración mafiosa de los bienes públicos. Representa al pasado y a un partido que ha convertido la política en sinónimo de saqueo. Cualquier adhesión de las FF.AA. auna potencial”conspiración instrumental” de Vaca Díez estaría condenada al fracaso.
–Cuando los militares dicen que no van a tolerar el desacato de Santa Cruz, ¿qué significaría en la práctica?
–Hay dos escenarios. En primer lugar podrían desconocer a las autoridades autónomas. Y en segundo lugar podría producirse una intervención directa con el fin de disolver la autoridad autonómica. Yo tengo la impresión de que un gobierno autónomo de facto no prosperaría, sería casi imposible ejercer gobierno desdeuna perspectiva de ruptura con el Estado central.