EL MUNDO › LA CLASE POLíTICA EN GENERAL Y LOS MERCADOS DE BRASIL REACCIONARON POSITIVAMENTE A LA DEFENSA DEL TITULAR DE ECONOMíA, ANTONIO PALOCCI. EL MINISTRO DE LAS RECETAS ORTODOXAS SE DESMARCó AIROSO DE LA CRISIS.
Todos le dicen te quiero a Palocci, ministro de Lula
Por primera vez desde que comenzaron las denuncias de corrupción, un miembro del gobierno contraatacó con eficacia. El ministro de Economía brasileño, Antonio Palocci, decidió adelantarse a una posible crisis que le costara su cargo y anteayer salió a enfrentar las acusaciones de un antiguo asesor suyo, Rogério Buratti –lo acusó de cobrar sobornos cuando era alcalde de la ciudad de Ribeirao Preto, en los noventa–. Todos, el presidente Inácio Lula da Silva y hasta la propia oposición brasileña, reconocieron que las más de dos horas de conferencia de prensa le sirvieron a Palocci para demostrar “la seguridad de una persona inocente”, como destacó Lula. Este pequeño –y seguramente corto– oasis de tranquilidad política se vio reflejado en la repreciación del real con respecto al dólar ayer y en la suba de los mercados brasileños, después de varios días de resultados negativos como resultado de la débil situación del hombre que dirige la economía nacional.
Los resultados de la conferencia de prensa del domingo sorprendieron a más de uno. José Serra, alcalde de San Pablo y principal candidato para disputarle la elección del año que viene a Lula, reconoció que Palocci “es uno de los hombres con más credibilidad del gobierno. Su dimisión no sería buena”. El otro partido que más fuerte ha intentado golpear al gobierno y a la figura de Lula durante esta crisis, el Partido del Frente Liberal (PFL), también apoyó la continuidad del ministro de Economía y la política económica que ha venido llevando adelante. Y aquí está la cuestión. El caso de Palocci no terminó igual que el del otro ministro fuerte del gobierno petista, el ex jefe de gabinete José Dirceu, porque Palocci representa el aspecto del gobierno de Lula que la oposición apoya y con el que colabora.
Esto quedó demostrado ayer cuando las únicas voces de oposición luego de la conferencia de prensa eran las de algunos grupos de izquierda del Partido de los Trabajadores (PT) u organizaciones sociales que antes formaban la base social del PT. El líder de un grupo del ala izquierda del partido gubernamental, Plinio Arruda Sampaio, continuó con sus tradicionales críticas a Palocci, que ahora también extendió a Lula y a sectores de la conducción del PT por cambiar el socialismo por el “pragmatismo” en el poder.
Durante su programa radial de los lunes, Lula sostuvo ayer que Palocci demostró su inocencia y que continuará la actual política económica. “Yo creo que la respuesta de Palocci mostró la seguridad de una persona inocente”, dijo el presidente y agregó: “Palo- cci dio la respuesta que Brasil precisaba oír”, incluida la certeza de que la economía brasileña continuará su rumbo actual. Lula ya había advertido que la crisis no afecta ni afectará el curso de la economía. Ayer también adelantó que la crisis será larga, ya que las comisiones de investigación concluirán sus trabajos el 15 de octubre, tras lo cual entrará en acción el Ministerio Público.
La incertidumbre comenzó cuando funcionarios del Ministerio Público divulgaron a la prensa las denuncias de Buratti, detenido y acusado de varios delitos de corrupción, sin respetar que el proceso estuviera todavía en la etapa de investigación.
Las profecías del presidente brasileño se hicieron realidad. La crisis no pudo afectar lo que parece ser el único aspecto de la política brasileña que goza del consenso tanto de fuerzas nacionales como también internacionales. Resta ahora ver si este pilar del gobierno petista es suficiente no sólo para sobrevivir los vaivenes de esta crisis que parece no tener fin, sino también para conseguir cuatro años más en el Planalto.