EL MUNDO › AUTORIZAN AL FBI A AUMENTAR LA VIGILANCIA EN ESTADOS UNIDOS

Cuando nos espía el Gran Hermano

La Asociación de las Libertades Civiles de Estados Unidos criticó ayer nuevas medidas que autorizan al FBI a ampliar su vigilancia sin autorización judicial después de los fiascos del 11 de setiembre.

Por Julian Borger*
Desde Washington

El FBI recibió luz verde para vigilar en mezquitas u otros edificios religiosos y para navegar en Internet en busca de señales de actividad criminal, de acuerdo con pautas reveladas ayer. Las nuevas reglamentaciones, anunciadas por el fiscal general John Ashcroft, barren con un área gris de las operaciones del FBI, que según el Buró limitó la vigilancia que se podía ejercer sobre los sospechosos de Al-Qaida en los meses previos al 11 de setiembre. Las pautas se hicieron públicas un día después de que el director del FBI, Robert Mueller, comenzara una restructuración total de su agencia para transformarla de una organización anticrimen en una agencia de inteligencia interna destinada a prevenir ataques terroristas y otras serias amenazas criminales. Para mostrarse aún más activo en el nuevo rol, el FBI advirtió ayer que la red terrorista Al- Qaida podría contar con misiles tierra-aire Stinger, pero que no parece dispuesta a utilizarlos a la brevedad.
El cambio, dijo Mueller, era de un cuerpo “reactivo a uno proactivo”. Los agentes del FBI ya no deberán probar más que están actuando sobre una información específica para enviar a un agente a una mezquita, iglesia o sinagoga o para entrar a salas de chateo o a sitios de la web frecuentados por militantes. Hasta ahora, esas “expediciones de pesca” eran desaprobadas, y la incertidumbre sobre lo que constituía un motivo suficiente para una operación de vigilancia llevaba a la mayoría de los agentes a ser demasiado cautos, según dijeron los funcionarios del Departamento de Justicia. Ahora, agregaron, los agentes no deberán “detenerse en la puerta de la iglesia”. Las limitaciones al FBI habían sido impuestas por los abusos cometidos durante el controvertido programa de vigilancia interna “Cointelpro”, que se llevó a cabo en los años ‘60 y ‘70 contra militantes opositores a la guerra de Vietnam y defensores de los derechos humanos como Martin Luther King.
Las nuevas pautas provocaron críticas en la Asociación de las Libertades Civiles de Estados Unidos (ACLU), que las definía como un paso hacia el gobierno de Gran Hermano. “No es necesario estar haciendo algo ilegal para recibir un llamado a la puerta”, dijo Laura Murphy, directora de ACLU. El Departamento de Justicia sostiene que las nuevas pautas simplemente quieren decir que los agentes del FBI podrán recoger información en lugares públicos, como cualquier otro ciudadano. En Gran Bretaña, el MI5 no tiene restricciones equivalentes sobre la vigilancia en edificios religiosos o en sitios de la web. De acuerdo con el Acta de Vigilancia y Supervisión de la Inteligencia Extranjera, el FBI todavía requerirá una orden de un tribunal para interceptar teléfonos o mensajes de Internet. Los agentes del MI5 sólo necesitan el permiso de un alto funcionario del gobierno.
Después de anunciar la restructuración del FBI, Mueller finalmente aceptó lo que había sido obvio para gran parte del país durante semanas, es decir, que el FBI podría haber descubierto el plan del 11 de setiembre si hubiera actuado sobre las pistas generadas por sus operativos de campo. “No puedo decir a ciencia cierta que no podamos habernos cruzado con una pista que nos hubiera conducido a los secuestradores”, dijo a los periodistas.

* De The Guardian de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.

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John Ashcroft, secretario de Justicia estadounidense, escucha las preguntas de los periodistas.
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