EL MUNDO
Una “cortina de acero” en el oeste de Irak, pegado a Siria
Ayer comenzó la tercera ofensiva contra los campamentos rebeldes que usan la porosa frontera siria para atacar en Irak, con 2500 soldados de EE.UU. y 1000 del nuevo ejército iraquí. Bombardeos aéreos y redadas casa por casa.
¿La tercera es la vencida? Así parece creerlo el mando militar estadounidense en Irak, que lanzó ayer una ofensiva en la cual participaron más de 2500 soldados norteamericanos apoyados por cerca de 1000 militares iraquíes. “Cortina de acero”, como se llamó a la tercera campaña antiterrorista en los últimos dos meses en la provincia de Al Anbar al oeste de Irak, cerca de la frontera con Siria, tiene el objetivo de “restablecer la estabilidad y la seguridad en todas las zonas iraquíes próximas a la frontera siria”, además de “destruir las células de la organización terrorista de Al Qaida en la localidad de Hoseiba”, según un comunicado del mando militar. La comunidad árabe sunnita pidió, por su parte, la destitución del ministro de Defensa iraquí, Saadun Al Duleimi.
El mando militar estadounidense informó además que “Cortina de acero” espera restablecer la seguridad en la región de cara a las próximas elecciones parlamentarias, que se celebrarán el próximo 15 de diciembre. “Al Qaida en Irak usa la permeable frontera (con Siria) para la entrada ilegal de combatientes, dinero y equipamiento al país para su uso en los ataques contra la población iraquí y las tropas de la coalición”, dice el comunicado difundido ayer. Prueba de esta convicción es que la provincia sunnita de Al Anbar, al oeste de Irak, ha sido escenario de otras dos grandes campañas antiterroristas lanzadas el mes pasado por el Ejército estadounidense, que considera esta región como el principal feudo de la insurgencia iraquí. La primera fue “Puño de hierro”, mientras que a la segunda se la denominó “Boca del río”. Pero además de las campañas militares, la zona fronteriza entre Irak y Siria es escenario habitual de bombardeos estadounidenses, que tratan, desde el aire, de acabar con supuestos refugios de terroristas.
Testigos, citados por la cadena Al Yazeera, afirmaron que la aviación estadounidense bombardeó en la madrugada de ayer un barrio de Al Qaim, donde varias viviendas y vehículos quedaron completamente destruidos. Las tropas estadounidenses pedían, mediante megáfonos, a los habitantes del barrio que no salgan de sus casas mientras se realizaban redadas e inspecciones en las viviendas. Las fuentes militares aseguraron que el Ejército norteamericano y las fuerzas iraquíes encontraron “resistencia esporádica” –esencialmente con explosivos improvisados y fuego de armas ligeras– durante su incursión en la ciudad ayer. Seis bombas y minas fueron desactivadas y un supuesto coche bomba suicida fue destruido en un ataque aéreo. El avance de las tropas en la ciudad estuvo apoyado “por la aviación de la coalición, que llevó a cabo un total de nueve ataques contra posiciones rebeldes”, precisó el comunicado.
Por su parte la comunidad árabe sunnita manifestó su duro rechazo a la nueva ofensiva estadounidense, y pidió además la destitución del ministro de Defensa de Irak, Saadun Al Duleimi. La más enconada arremetida contra Duleimi fue lanzada en un comunicado por Jalaf al Alian, secretario general del Consejo del Diálogo Nacional (CDN) de Irak, una de las principales agrupaciones de los árabes sunnitas del país. Alian consideró que se requiere un nuevo titular de Defensa que “no goce con el grito de los niños y los alaridos de las mujeres cuyos cadáveres son sepultados por los escombros, o que sus cuerpos despedazados vuelen por el aire debido a los bombardeos de los aviones y los tanques estadounidenses”. El líder político reaccionaba así a las declaraciones del ministro que dijo, hace tres días, que iban a “limpiar de terroristas” el país y amenazó con “demoler sobre las cabezas de sus dueños y las de sus hijos” las casas de los que acojan terroristas.