EL PAíS › CARLOS WEST OCAMPO, TITULAR DEL GREMIO DE SANIDAD, FLAMANTE EX DUHALDISTA
“Hoy lo voto a Kirchner sin dudar”
Acaba de votar por Chiche, pero ya está en el campo oficial. Tiene una dura interna contra el PAMI en la que se alínea con su viejo amigo Ginés González. Se defiende del cargo de “sindicalista-empresario” y adelanta que este miércoles va a la huelga por salarios.
Por Diego Schurman
Un retrato de Perón. Alguna que otra imagen de Evita. Nada fuera de lugar para un despacho sindical a no ser por esa foto de Albert Einstein.
Pero Carlos West Ocampo suele deparar sorpresas, como cuando se muestra a favor de la reelección de Néstor Kirchner, después de haber votado a Chiche Duhalde y de aquellos añejos coqueteos con el menemismo. Sin dudas, el titular de la Federación de Trabajadores de Sanidad, a pesar del mote de “gordo”, no sólo tiene cintura sino que es lo suficientemente flexible como para explicar por qué, amén de su aggiornamiento, llamó para el próximo miércoles a una huelga nacional del sector.
–¿Sabe que la primera línea del Gobierno no lo quiere demasiado, no?
–Dicen que Alberto Fernández no me quiere. Pero me tiene sin cuidado.
–No es una observación afectiva, sino política.
–No me importan los prejuicios. Ese funcionario por ahí en tres días está en la calle y después viene otro.
–Claro, de los sindicalistas no se puede decir lo mismo porque se mantienen eternamente en el cargo.
–(Se ríe.) Nooooooooooooo. Aunque no esté yo, el problema existe.
–Muchos lo ven como un “sindicalista-empresario”.
–Otro prejuicio, pura espuma.
–¿A qué cumbre hubiese concurrido? ¿A la de Bush o a la de los Pueblos?
–¿Yo? (Gana tiempo.) Yo no tengo que participar de ninguna. No me banco la dualidad, Kirchner recibiendo a Bush y, simultáneamente, una solicitada que dice “Stop Bush”, que nadie sabe quién pagó, donde aparecen Bonasso, Maradona y Chávez. En fin, un acto folclórico. Yo no entro en ese debate.
–Discúlpeme, ¿no suscribió los carteles de la CGT contra el ALCA?
–Bueueeeeeeeeeeeno. El ALCA es en perjuicio de los trabajadores argentinos. Lo que me preocupa es que haya en contra de Bush nada más que un discurso anacrónico, antiguo. Yo coincido con Lavagna: que se tome la decisión sobre los subsidios. Podemos perder algo a cambio de que los Estados Unidos se comprometan ante el Grupo de los 7 a que se terminen los subsidios para que no discriminen los productos argentinos.
–O sea, hubiera negociado con el poder, que es lo que hizo siempre...
–... claro. Los piratas no negociaban.
–Y así negoció con Menem...
–¡Ojo! Menem también es anacrónico. Lo decíamos en el ’90.
–Pero si la CGT respaldó a Menem en la elección y la reelección.
–Nuestro esfuerzo era voltear a Cavallo.
–West... cero autocrítica, ¿no?
–Nosotros éramos antiguos para Menem, hablábamos de solidaridad.
–La CGT participó del proceso de privatizador. Su gremio creó una AFJP.
–Sí. Pero cuando vimos que era imposible parar la privatización de la jubilación le hicimos trampa a Menem. Todo estaba preparado para los bancos y pedimos que participaran entidades sin fines de lucro. Nosotros nos asociamos con la Uocra, los bancos de Córdoba, Mastellone, una empresa nacional. ¡¡¡Queríamos ser más solidarios!!!
–Al final, no es un prejuicio: es un sindicalista-empresario.
–No tengo la menor duda de que era lo mejor que podíamos hacer. De lo contrario a uno lo pasaban por encima. Eso era lo moderno. Nosotros mejoramos por lejos el sistema chileno.
–¿Votó a Chiche o Cristina?
–A Chiche como senadora, al Frente para la Victoria, o sea los candidatos de Alak en La Plata, para concejales y diputados provinciales. Aunque, le digo la verdad, la propuesta de Cristina era la más atractiva.
–Pero, entonces, ¿por qué no la votó?
–Porque sabía que ganaba... Igual estaban todos mezclados. ¿Pampuro no es duhaldista? Si es amigo de la familia Duhalde. Las camisetas no se ponen ni se sacan tan rápido. Pero vuelvo sobre Cristina, nadie vota para ponerle un palo en la rueda a un gobierno y una economía que anda bien. Las políticas de Kirchner están dando resultado. Si yo sabía que de mi voto dependía el triunfo de Cristina la hubiera votado.
–¿No es usted el que se está cambiando de camiseta rápidamente?
–No. El triunfo de Cristina era emblemático. Y su triunfo permitió derrotas como la de Bielsa en Capital y Rossi en Santa Fe.
–¿De Kirchner piensa igual que de Cristina?
–Es una sociedad política. Y marcha viento en popa.
–¿Coincide con Moyano en que Kirchner debe ser reelecto?
–Tiene muchísimas posibilidades de ser reelecto, pero Macri le va a generar una oposición inteligente sobre cuestiones de gestión.
–¿Si la elección fuera hoy votaría a Macri o Kirchner?
–Hoy lo voto a Kirchner sin dudar. ¡Pero sin dudar!
–¿Y si en vez de Macri fuera Lavagna, a quien los “gordos” han ponderado?
–(Hace un largo silencio.) No creo que Lavagna se postule. Hoy con Kirchner integra la dupla más importante de la Argentina.
–¿Los “gordos” vuelven a la conducción de la CGT?
–No. Pero tampoco debilitamos a Moyano. Somos solidarios, aunque no estemos de acuerdo con él, cosa que él no hizo desde el MTA, cuando nosotros conducíamos. El ahí nos descalificaba. Nosotros no, pese a que Moyano genera violencias intrasindicales.
–¿El contexto político corrió a los “gordos” del centro de escena?
–Y sí. Kirchner tiene simpatías con Moyano. Y Moyano no es independiente del Gobierno. No se puede basar una conducción en una estructura que tiene tal afinidad con el Estado a través de un subsidio al gasoil, que además lo operan a través del sindicato porque el subsidio está calculado por la contribución patronal.
–¿Va a decir una palabra sobre el conflicto del Garrahan, a cuyos trabajadores González García calificó de “terroristas de la salud”?
–Fue un conflicto foquista en una institución emblemática a través de un grupo político. La modalidad piquetera se trasladó a la lucha sindical.
–Más allá de su lectura política, muchas veces las bases desbordan a la conducción de los gremios. No deben sentirse representadas.
–Hay una tendencia en el imaginario que el que rompe puerta y quema gomas consigue lo que busca. Es una actitud primaria. Si el Estado no es una contraparte eficiente para discutir un tema salarial... qué le puedo decir: para mí el mejor lugar para discutir es una mesa de negociación.
–No me diga eso, que este reportaje arrancó diciendo que se va a movilizar y va a parar. No sólo el 9, sino el 16 y 17 de noviembre.
–Buehhhh. Pero hace cuatro meses que estamos negociando. E hicimos un solo paro. Preferimos hacer eso que molestar todos los días a los internados. ¿O prefieren que molestemos a los internados?