EL PAíS › SE ELIGEN LAS NUEVAS AUTORIDADES DE LA IGLESIA CATOLICA
Bergoglio, un candidato cantado
Mañana empieza la Asamblea Plenaria del Episcopado. Bergoglio es número puesto para la presidencia. Se hablará de los temas que generan rispideces con el Gobierno.
Por Washington Uranga
Mañana comenzará en Pilar la 90 Asamblea Plenaria del Episcopado católico argentino, que tendrá como tema central la elección de las nuevas autoridades que conducirán la Iglesia por los próximos tres años. En medios episcopales se da por descontado que el cardenal Jorge Bergoglio, arzobispo de Buenos Aires, será elegido como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal sustituyendo al actual titular, Eduardo Mirás, arzobispo de Rosario, quien no puede aspirar a la reelección y que además ha presentado ya la renuncia a su cargo como responsable de la diócesis rosarina. Esta elección cobra importancia política por el escaso diálogo existente en el último tiempo entre el Episcopado y la Casa Rosada y los roces respecto de temas como el aborto, educación sexual y el “caso Baseotto”, sin desconocer que también existen entre el Gobierno y la Iglesia otras áreas donde hay plena colaboración como en lo relativo a las cuestiones sociales. Todos estos temas entrarán en el debate de la asamblea plenaria.
Además del presidente, los obispos elegirán dos vicepresidentes (primero y segundo), al secretario general y a los titulares de veinticinco comisiones episcopales especializadas en diferentes temas.
De acuerdo con lo revelado por fuentes episcopales, la votación de las nuevas autoridades se realizará el martes, momento en el que quedarían designados los miembros de la Comisión Ejecutiva (presidente y dos vicepresidentes y el secretario general). Las restantes elecciones se harían a lo largo de la semana, dado que el final de la asamblea está previsto para el sábado al mediodía.
Para ocupar los cargos de vicepresidentes se manejan diferentes nombres. Un firme candidato para uno de esos lugares es el actual obispo de Lomas de Zamora, Agustín Radrizzani, un hombre que cuenta con gran prestigio entre sus pares, que sucedió en Neuquén al obispo Jaime De Nevares y que ha tenido una destacadísima actuación en el Diálogo Argentino. A Radrizzani se lo menciona también como candidato a suceder a Eduardo Mirás en el arzobispado de Rosario. Para otra vicepresidencia se señala al actual titular de San Isidro y presidente de Cáritas, Jorge Casaretto, otra personalidad muy reconocida por gran parte de sus pares debido a la labor realizada en las diferentes responsabilidades que se le confiaron. También está en danza el nombre del arzobispo de Mendoza, José María Arancibia, quien tiene experiencia en la Conferencia Episcopal porque tiempo atrás ocupó el cargo de secretario general. No habría que descartar tampoco al arzobispo de Santa Fe, José María Arancedo. Es obvio que más allá del manejo de estos nombres, que se viene haciendo de manera informal entre los obispos en las últimas semanas, el diálogo y las negociaciones en firme se concretarán mañana cuando los obispos se junten en el predio de “La Montonera” en Pilar.
Para el cargo de secretario general muchos obispos manifestaron el deseo de que el actual titular Sergio Fenoy, obispo auxiliar de Rosario, continúe en esa tarea desde la cual impulsó importantes reformas en el funcionamiento de la Conferencia Episcopal. También resultan clave por su incidencia algunas de las presidencias de comisiones episcopales. Carmelo Giaquinta, arzobispo emérito de Resistencia, deja Pastoral Social y allí podría ir Jorge Casaretto si no ocupa una de las vicepresidencias. Lo mismo podría ocurrir con Radrizzani. El propio Casaretto dejará vacante la titularidad de Cáritas, lugar para el se menciona al obispo de Merlo Moreno, Fernando Bargalló. Otra estratégica comisión es la de Fe y Cultura, que estuvo presidida por el renunciante obispo de Santiago del Estero Juan Carlos Maccarone.
La designación de nuevas autoridades puede abrir una nueva etapa de diálogo con el Gobierno. Es habitual que la nueva conducción del Episcopado solicite una audiencia al presidente de la Nación para presentarse y dialogar sobre temas de interés común. Esta podría ser la ocasión formal para retomar un contacto que hoy se demanda por ambas partes.