“Brutal”, así tituló ayer el diario británico News of the World las imágenes de soldados ingleses golpeando a manifestantes iraquíes durante unos disturbios callejeros a principios de 2004 en Basora (sur de Irak). Según el matutino, la filmación fue realizada por un cabo del ejército al que se escucha animando a sus colegas a reprimir a los iraquíes. El Ministerio de Defensa ya anunció que habrá una investigación a cargo de la Policía Militar. En Irak, mientras tanto, se dio el primer paso hacia la conformación del nuevo gobierno con la reelección del primer ministro chiíta, Ibrahim al-Jaafari. La elección del resto de gabinete llevará más tiempo debido a las pujas entre las tres principales facciones del país, los chiítas, los sunnitas y los kurdos.

El video, que según el diario británico fue filmado sólo para la diversión de los soldados que luego lo vieron en su viaje de vuelta a Europa, fue aprovechado por el diputado laborista Jeremy Corbyn, fuerte crítico de la política del primer ministro británico, Tony Blair, en Irak. “Creo que esto es horrible y que causará muchos problemas en Irak. También creo que esto pondrá énfasis en el punto de vista de que la continua presencia de las fuerzas británicas y estadounidenses en Irak es parte del problema, no la solución”, sentenció. El Ministerio de Defensa, sin embargo, destacó que buscará autentificar la filmación, ya que dos años atrás se difundieron fotos de abusos que terminaron siendo falsas. No obstante, la confirmación de maltratos por parte de las fuerzas militares británicas no es algo inédito. El año pasado, tres soldados fueron condenados a la cárcel y expulsados del ejército por maltratar a prisioneros iraquíes.

La victoria de Jaafari, que vuelve a liderar así el gobierno iraquí, no parece completa, ya que no es el favorito de Estados Unidos, por su cercanía con los líderes religiosos chiítas, y tampoco es bien recibido por los kurdos que lo critican por evadir el debate sobre la división del poder dentro de la coalición chiíta-kurda, que muy seguramente será la que forme gobierno o, al menos, la base principal de él. Además, el tiempo que tardó la facción chiíta –vencedora en las elecciones pasadas– en elegir al premier demuestra que ni siquiera en su interior hay consenso.