Otra cabeza rodó ayer por las caricaturas de Mahoma: la de Laila Freidval, canciller sueca. Pero no por estar a favor de las caricaturas sino por estar en contra del modo políticamente incorrecto. Freidval presentó ayer la renuncia de su cargo tras comprobarse que había mentido en relación con su actuación en el cierre de la página digital del derechista partido minoritario Sverigedemokraterna (SD) que reprodujo las caricaturas de Mahoma. El anuncio fue realizado en una conferencia de prensa junto con el primer ministro, Göran Persson (foto). Cuando se supo que Freidval había conocido con anticipación las gestiones de un subordinado para el cierre de la página, la oposición derechista la acusó de violar la libertad de expresión y pidió su renuncia.