El presidente Alejandro Toledo se metió de lleno en la campaña electoral. Y lo hizo enfrentándose con el candidato favorito, el ex militar nacionalista Ollanta Humala. Toledo le exigió a Humala que retire de su lista de candidatos al Congreso a Daniel Abugattás, un empresario que hasta ayer era el vocero del humalismo y que fue destituido de ese cargo por el propio Humala luego de que, en una entrevista periodística, calificara de “hija de puta” a la esposa del presidente peruano. Pero Toledo no se quedó en esa exigencia y pasó a la amenaza abierta contra Humala: “Si no lo hace (retirar a Abugattás de lista congresal), se tendrá que atener a las consecuencias”. El presidente peruano no precisó cuáles serían esas “consecuencias”. Desde el humalismo intentaron bajarle el tono al escándalo marcando distancias de su ex vocero. El propio Humala lo desautorizó. Y José Vega, secretario general de Unión por el Perú (UPP), agrupación que ha lanzado la candidatura de Humala, no descartó que Abugattás sea retirado de la lista congresal.

Toledo no se dio por satisfecho ni con las disculpas públicas de Abugattás por su exabrupto contra la primera dama ni con las disculpas igualmente públicas que el propio Humala les pidió a él y a su esposa por lo que dijo su vocero, ni con la destitución de Abugattás de su cargo de vocero, y aprovechó el incidente para disparar contra Humala: “Esas son las personas que pretenden gobernar el Perú, el país está advertido”, dijo, pretendiendo descalificar la candidatura de Humala. Esta afirmación de Toledo colisiona con la ley electoral, que le prohíbe al presidente intervenir en la campaña a favor o en contra de cualquier candidato. Toledo, quien convirtió los ataques contra su esposa en “un insulto a todas las mujeres peruanas”, ha justificado sus expresiones diciendo que habla como “hombre” y como “esposo”. Y se preguntó: “¿Me pidieron disculpas o no?”.