“No voy a dejar de ser amiga de las personas por más que se hagan lecturas perversas.” Con esa frase, la titular del ARI, Elisa Carrió, negó ante Página/12 la posibilidad de un acercamiento con el macrismo producto de la buena relación que mantiene con Gabriela Michetti, la jefa de bloque de legisladores de ese sector.

La dirigente consideró antojadizas las especulaciones periodísticas y políticas a partir de los vínculos afectivos o profesionales existentes. Y en ese sentido recordó que días atrás, en el marco de las conmemoraciones por los 30 años del golpe militar, le realizó un homenaje a Patricia Walsh y “no por eso el ARI estudia una alianza política con Izquierda Unida”.

Con esa misma línea argumental, la dirigente opositora evaluó que así como la asociaron con el macrismo podían haber hecho lo mismo con el Partido Nuevo, del intendente de Córdoba Luis Juez, ya que suele tener conversaciones con una de sus integrantes, la periodista Norma Morandini. “En el Instituto Hannah Arendt además hicimos un foro de mujeres en el que participaron Walsh, Morandini y Patricia Bullrich y eso no significa ningún compromiso con los partidos a los que ellas pertenecen”, señalaron desde el ARI.

La versión de la existencia de una comunión entre Carrió y Macri ya había sido planteada por el gobierno nacional –a través, entre otros, del diputado Carlos Kunkel– que suele atacarlos y emparentarlos con la Unión Democrática, la sigla con la que décadas atrás se aglutinó la oposición para enfrentar al peronismo. La crítica oficial se consolidó durante la reforma del Consejo de la Magistratura, cuando Macri y Carrió, con otros dirigentes ubicados a la derecha y la izquierda del abanico político, coincidieron en una foto primero y en la votación contraria a los deseos de Néstor Kirchner después.

El juicio político a Aníbal Ibarra también los puso del mismo lado a la hora de votar su destitución. No fue la única coincidencia: ambos dirigentes se mantuvieron en un estudiado silencio hasta después del veredicto de la Sala Juzgadora que selló la suerte del ex jefe de Gobierno porteño.

“Estamos muy cerca y sobre todo los miércoles, que nos sentamos a 10 metros de distancia y la tengo muy vigilada”, ironizó ayer Macri, en alusión al espacio que ocupan ambos en el recinto de la Cámara de Diputados, cuando se le preguntó sobre la cercanía política con Carrió.

La propia Michetti admitió ayer en múltiples declaraciones que tiene “una muy buena relación personal” con Carrió, pero aclaró que “de ninguna manera eso se puede leer como un acercamiento” entre la líder del ARI y su jefe político, Macri. Según la jefa de la bancada macrista en la Legislatura porteña, “más que una imagen de acercamiento, hay diálogo” y destacó “la actitud de Lilita de observar que tal vez hay cosas en las que coincidimos”.

Desde ambos sectores, en tanto, descartaron un próximo encuentro entre ambos dirigentes políticos. “No tenemos nada que ver con Macri ni con el macrismo, eso es una lectura perversa”, insistieron fuentes del ARI, dejando saber luego que Carrió dedicó gran parte de la jornada a escribir “La nueva matriz del saqueo en la Argentina”. Se trata de un duro informe contra el gobierno nacional en el que habla de la existencia de un “patrimonialismo corrupto”.

Uno de los párrafos más críticos del informe, al que accedió Página/12, dice: “Así como en los ’90 se privatizaba y se abría licitación pública internacional en beneficio de empresas extranjeras con capitalización de deuda, hoy se estatiza creando sociedades anónimas sujetas al derecho privado sin control estatal de ninguna especie, con un mínimo de capital por parte del Estado y el resto cedido en acciones a los grupos económicos que pacten una sociedad con el ministro de Planificación Julio De Vido y lo que es más escandaloso aún: estas sociedades dispondrán de patrimonio público en beneficio privado”.