Más renuncias en el gobierno brasileño. Esta vez no por escándalos, sino por apetitos electorales. El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, sustituyó ayer a ocho ministros que aspiran a algún cargo en las elecciones del 1º de octubre próximo y optó por un gabinete de corte más técnico que político para el tramo final de su mandato. Los cambios en el gabinete –que suman nueve esta semana, ya que el lunes dimitió Antonio Palocci como ministro de Hacienda por un escándalo de corrupción– fueron forzados por las leyes electorales, según las cuales los actuales ocupantes de puestos en la administración pública deben renunciar seis meses antes a los cargos que ocupan si pretenden ser candidatos.

Los brasileños serán convocados a las urnas en octubre para elegir a un nuevo jefe de Estado y a los gobernadores de los 27 estados del país, además de renovar las cámaras de Diputados y del Senado. Los cambios en el gobierno afectan a los ministerios de Defensa, Desarrollo Agrario, Deportes, Integración, Salud y Transporte, y a las secretarías de Pesca y Relaciones Institucionales, cuyos titulares tienen rango de ministros. Todos ellos le comunicaron previamente a Lula que deseaban aspirar a alguna gobernación o banca en el Parlamento, y al presidente brasileño no le quedó otra que aceptar, aunque en algunos casos a regañadientes. Salvo los de Relaciones Institucionales y Defensa, los nuevos titulares eran hasta ahora viceministros y todos son funcionarios de perfil técnico con escasa trayectoria en política.

El cambio más significativo se ha dado en la Secretaría de Relaciones Institucionales, en la que el ex ministro de Educación y ex presidente del Partido de los Trabajadores (PT) Tarso Genro vuelve al gobierno para sustituir a Jacques Wagner, quien será candidato a la gobernación del estado de Bahía. Según fuentes oficiales, Lula pretendía mantener a Wagner en un cargo que considera clave para las relaciones con el Congreso, pero debió dar el brazo a torcer ante la insistencia de éste en presentar su candidatura a la gobernación de su estado natal. Otra modificación importante ha sido en el Ministerio de Defensa, hasta ahora ocupado por el vicepresidente José Alencar, que se dice podría acompañar nuevamente a Lula en la fórmula que lo postularía para un segundo mandato presidencial.